Inglaterra, Irlanda y el Cine: Triángulo de Amor Bizarro
Naturaleza y humo a partes iguales. Industria y artesanía conviviendo sin molestarse. El Reino Unido es un estado con contrastes extremos en el que se mezcla lo refinado con lo transgresor: fervientes adoradores de reyes y a la vez cuna del nacimiento del Punk. filmin TRAVEL y Altaïr Magazine se trasladan a la cuna de la cultura anglosajona.
Esa delicadeza, propia de las novelas de Jane Austen, es lo que incita a romper esas reglas tan marcadas, creando un estilo underground que trata de destrozar esa imagen puritana y refinada, pero que, o por una especie de maldición, o realmente queriendo, lo hace acompañado de su inseparable clase y elegancia. Los conflictos políticos y las nuevas culturas han hecho del Reino Unido lo que es ahora y, a pesar de ser un lugar rejuvenecido clave para la cultura, su gente se siente apesadumbrada y sin aparente motivación, debido quizás a la asfixia de vivir en una isla, rodeados de mundo, pero eso no les impide disfrutar de su corriente existencial y vivir cada día como si fueran una estrella de rock.
INGLATERRA
Lugar de calles mojadas, gabardinas y cielos humeantes que se mezclan con la amenaza de lluvia constante. El escenario perfecto para un film noir que con su rigidez, trata a sus habitantes como modernos detectives privados, repletos de pesadumbre y fantasmas en su cabeza. En un lugar donde hasta los suburbios y la drogadicción atesoran buen gusto, la combinación de rectitud y gente con poco que perder da lugar a movimientos culturales como el Swinging London o el Punk, de la mano de grupos como The Beatles o posteriormente Joy Division.
Esas ganas de desobedecer y de aportar algo de color al panorama gris que ofrece Inglaterra ha trascendido de tal manera que la solemnidad de las calles de Bristol, Londres o Manchester hace tiempo que fueron corrompidas por artistas como Banksy. Ese carácter insubordinado también ha influido en el cine con directores como Ken Loach, Danny Boyle o Shane Meadows, expertos en narrar las relaciones sociales de gente antisocial.
Michael Winterbottom posee una filmografía heterogénea alternando films comerciales con otros de autor, en incluso documentales. Pero todos ellos tienen una característica en común y es su mordaz crítica al sistema. Si en “La Doctrina de Shock” nos desvelaba los trapicheos de políticos-dictadores y multinacionales para hacerse con el control del orden mundial, y en “Camino a Guantánamo” nos mostraba las técnicas abusivas que ejercen esos gobiernos para mantener ese orden, en “24 Hour Party People” nos cuenta los intentos de la juventud de Manchester de volver a conseguir el poder, creando un nuevo orden mundial a base de garaje rock y post-punk.
UPSIDE DOWN: THE STORY OF THE CREATION RECORDS
La música ha marcado el carácter chulesco y macarra de Inglaterra. Y al igual que los grupos, las discográficas se han vuelto tan famosas como las bandas en sí. Abbey Road, Factory Records son mundialmente conocidas, pero el premio gordo se lo lleva Creation Records: el sello discográfico que se hizo nefastamente conocido por subir a la cumbre a pequeños grupos desconocidos, apostando por la música que esa época aún se podía considerar indie para luego venderse a una multinacional como Sony. Como si de un culebrón musical se tratara, diferentes grupos míticos del panorama inglés como Oasis, My Bloody Valentine o Primal Scream van desfilando en esta película para contar, entre cervezas, humo de cigarrillos y algo más, su particular versión de una época confusa, para ellos, y para la música Indie inglesa. Pero sobre todo para ellos...
Para los jóvenes del noroeste de Inglaterra, la música de Joy Division no lo es todo. Y esto lo sabe un más que aburrido Carly, que tiene la oportunidad de formar parte de una de las pandillas con más personalidad de Inglaterra The Packs, un grupo de precoces hooligans que visten con las últimas marcas y no temen romperlas en las múltiples peleas que protagonizan. Pat Holden ahonda con esta adaptación de la novela de culto de Kevin Sampson en el submundo hooligan de la era Tatcher.
Estar solo no es fácil, y menos si estás en un soporífero pueblo de la costa de Inglaterra. Para Shaun, un chico de 12 años, conocer a un variopinto grupo de skinheads es, posiblemente lo mejor que le ha pasado en la vida. A pesar de despreciar prácticamente todo lo que les rodea, esta pandilla de “haters” rechazados por la sociedad acogen rápidamente al chico en su grupo de acabados. Shaun idolatra a Woody y al resto de los chicos, pero la joven visión de un niño a veces no revela el precio por querer hacerse mayor enseguida. Puede que el coste por no estar solo sea demasiado alto para un chico, que solo quiere ser aceptado. ¿Pero quién le puede juzgar? Todos hemos tenido ese amigo problemático que atraía los problemas de dos en dos. ¿O éramos nosotros?
En un país donde hay 7,5 millones de inmigrantes, puede parecer a simple vista que la adaptación de un niño paquistaní en la sociedad británica es tarea fácil. Pero cuando se juntan los problemas internos de un padre autoritario la situación se complica. Damien O´Donnel trata con mucho conocimiento los conflictos acerca de la visión de las nuevas generaciones sobre las antiguas, que tratan de mantener el mundo imponiendo las viejas costumbres aunque sea en un país que no es el suyo.
Si alguien conoce todas las caras del Reino Unido ese es Ken Loach. En “Buscando a Eric” vimos su lado divertido y disparatado, mientras que, valiéndose de esa ironía que demuestra el título, en “Sweet Sixteen” exploramos la dura realidad de las calles para un adolescente. Todas sus películas tienen un punto de vista en común: la mirada de la clase media trabajadora y sus penosos esfuerzos por progresar en esta máquina de metal que llamamos mundo.
En "Riff-Raff" la vida no es más fácil que en sus anteriores trabajos. Un obrero trata de seguir adelante pero en su camino se cruza una conflictiva mujer adicta a las drogas, de la que se enamora. Ken Loach hace de visionario y nos muestra, sin quererlo, los inicios de muchas de las estrellas de la música londinense. ¿Alguien ha dicho Amy Winehouse?
IRLANDA
Tendemos ver a Irlanda como el lado tranquilo del Reino Unido pero lo cierto es que han tenido y siguen teniendo (aunque en menor medida) conflictos políticos y sociales que han sacudido el país durante años. Bobby Sands y su IRA han marcado a una generación de irlandeses que ahora lo único que desean es un poco de paz y tranquilidad para pasar el resto de sus apacibles vidas. Pero para una parte de esa generación, que se pasó su adolescencia en luchas y protestas, la crisis de los 40 es una segunda juventud en la que beber cervezas y ver pasar el tren. El cine irlandés recoge esa nueva faceta de sus habitantes, pero sin olvidar sus ricas tradiciones, mostrando la magia y misticismo de una tierra idílica en la que aún es posible encontrar el caldero de oro al final del arcoiris.
El regreso del hijo pródigo es una temática recurrente en la cinematografía irlandesa. En esta ocasión es un arrepentido John Wayne quien vuelve a su pueblo natal de Irlanda para darse cuenta de que, tal vez lo que estaba buscando nunca estuvo tan lejos. Pero a la vez, no puede evitar recordar el por qué se fue.
En esta ocasión es Eoghan el que vuelve a Irlanda por primera vez tras 15 años, para grabar el sonido de lugares en los que el hombre aún no ha dejado su huella en forma de ruido. Este viaje le ayudará a encontrarse a si mismo creando una comunión con la naturaleza que le rodea. Los sonidos que encontrará le harán concebir lo que las palabras no comprenden.
Colin Farrell encarna a un curtido pescador que se enamora de una misteriosa mujer, de la que su delicadeza y misticismo hacen que todos la crean una criatura mágica como las que relatan los cuentos. Paisajes idílicos, tradición, y mitología irlandesa se reúnen en esta fábula de Neil Jordan, en la que un hombre es capaz de desafiar las leyendas por encontrar la felicidad.
Esta joya de la animación irlandesa nos transporta a un mundo mágico ubicado en la remota abadía de Kells para relatar los intentos de un joven monje por defender su hogar de una invasión vikinga. Con un estilo visual simbolista del que Klimt se sentiría orgulloso, “El Secreto del Libro de Kells” está narrado con la inocencia de un niño y a la vez con un mensaje adulto que mezcla mitología y filosofía para concienciar sobre la importancia de conocer nuestras raíces y comprender nuestro pasado para afrontar los problemas del futuro.
Una genialidad más del director de la extravagante “Frank”. En esta ocasión Lenny Abrahamson nos relata el cambio drástico que transforma a un penoso cincuentón, que vive su mísera existencia de forma tranquila y sin sobresaltos, en un alocado adolescente deseoso de vivir cada instante como si fuera el último. Con esta historia sobre la madurez, Abrahamson nos garantiza que la crisis de los 40, de los 50, o de los 60… no tiene porqué ser una etapa negativa. Todo depende de cómo la quieras afrontar y de cuánto alcohol pueda aguantar tu cuerpo.
OTROS VIAJES
1. Del Japón clásico al Tokio poliédrico.