Lo Mejor del Festival de Las Palmas 2017
Shakespeare, fantasmas que atormentan a los vivos, algo de esperanza en Europa, romances en Oporto, mujeres que resisten y otras que dicen adiós, el amargo sabor del dinero, adolescentes que maduran y parientes que asesinan a ritmo de rancheras. El recientemente clausurado Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria nos ha dejado un exquisito listado de obras. Y para que no se pierdan en ellas, aquí les destacamos las propuestas más interesantes de un certamen que apostó claramente por el riesgo en su programación y que, afortunadamente, triunfó.
1. BITTER MONEY
Lady Harimaguada de Oro Fundación Cajamar
En pocas palabras:
El más exhaustivo retrato de la China capitalista, el mejor visionado para entender el presente del gigante asiático.
En unas cuántas:
La más descarnada descripción, por un lado, de lo que ocurre cuando un país, tradicionalmente comunista, donde el dinero no parecía importar hace apenas unas décadas atrás, se transforma en una voraz y sedienta máquina crematística, y, por el otro, un íntimo retrato de varios personajes que se ven sometidos a la tiranía del trabajo precario y los sueldos exiguos. Y Wang Bing lo hace acercando la cámara -siempre al hombro- a sus personajes, retratando su cotidianidad, sus horas de trabajo, su vida en los talleres y en las casas en las que viven, donde se amontona la basura a la misma velocidad en que se vacían los bolsillos de sus habitantes. No hay manipulación sentimental, ni subrayados que nos indiquen lo dramático de la situación. Bing prefiere que nosotros mismos juzguemos. Y para ello, no nos da respiro, incluyendo desde las duras y desgarradoras escenas de un marido agrediendo a su frágil esposa hasta la miseria que recubre el trabajo en las fábricas. Todo, en su conjunto, nos ofrece una imagen tan desoladora como sórdida de un país que pronto, según aseguran los expertos, se convertirá en la primera potencia mundial.

Lady Harimaguada de Plata: "Kékszakallú" de Gastón Solnicki
En pocas palabras:
Suprímanle a "Elephant" de Gus Van Sant la parte final de la matanza y súmenle algo del "Boyhood" de Linklater con una narración inconexa que rompe con todo convencionalismo y tendrán el primer largometraje de ficción de Gastón Solnicki,
En unas cuántas:
La película se abre con una idílica escena veraniega, en la piscina de un hotel repleta de niños excitados y ruidosos que se tiran del trampolín mientras sus madre beben con despreocupación un cóctel o se someten a un relajante masaje. Pero esta escena apenas dura unos minutos, exactamente igual que el placer en la vida, y pronto el cineasta nos adentrará en las tediosas y grisáceas fábricas textiles o de alimentación, en las que se manufacturan con la misma desgana y velocidad pantalones vaqueros o salchichas de cerdo . Y entre medias, una narración inconexa, que salta de un fragmento a otro fragmento en la vida de un grupo de jóvenes que buscan con ansiedad respuestas para disipar su desconcierto, para mitigar su desasosiego. Pero no esperen una historia cargada de conflicto. De hecho, ni siquiera se puede vislumbrar una gran narración, sólo el dibujo de unos personajes que conocemos a través de pequeñas porciones de su existencia, de una mínima fracción de las acciones -tan cotidianas, tan banales y triviales- que realizan. Huyendo de convencionalismos y de una narración tradicional, el film gana cuanto más descriptivo es, cuanto más se regodea en los pequeños detalles -de los cuales, no lo duden, brotan grandes lecciones- y lo hace con una perfecta iluminación, una atractiva puesta en escena, una sólida y bella dirección artística. Una exquisita, delicada y elegante forma de captar la zozobra y la confusión de esto que llamamos vida.

3. FÉLICITÉ
Mejor Actriz: Véro Tshanda Beya
En pocas palabras:
Una obra con ecos del mejor cine neorrealista, con la mirada de Ken Loach y el estilo de los hermano Dardenne.
En unas cuántas:
La historia de una búsqueda. O de varias. La de una buena cantidad de dinero por parte de una mujer algo seca y desconfiada con los demás, que parece albergar una gran amargura en su interior, para la operación de su hijo; la de todos los personajes anhelando encontrar algo de felicidad, un lugar plácido en el mundo y, por último, la de todo un país, Senegal, buscando algo de justicia, rastreando posibles salidas a la crisis social, económica y política en la que viven inmerso con estoicismo y resignación desde hace décadas. De hecho, no conocen otra cosa que no sea miseria, crisis, pobreza y desolación. Por eso resulta de una emoción casi dolorosa ver a sus habitantes por las noches recluidos en el bar donde canta la protagonista, festejando y bailando a pesar de las circunstancias, bebiendo para olvidar sus vidas y el estigma de un país que parece empecinado en no avanzar. Y este retrato de supervivencia (de una mujer y de un país) esta descrito con un estilo y un tono cercanos al de cualquier gran clásico del neorrealismo, directo, sin estridencias, florituras o énfasis innecesarios.

4. GOLDEN EXITS
Mejor Actor: Adam Horovitz
En pocas palabras:
Un retrato de la crisis de los 40 y la histeria neoyorkina, que bebe tanto del reciente cine independiente made in USA como de las primeras (y muy neoyorkinas) películas de Woody Allen.
En unas cuántas:
"Golden Exits" indaga en tres parejas brooklynitas entradas en los 40 y como emerge su soterrada infelicidad desde el momento en que la joven Naomi pasa a formar parte de su día a día. Una fábula urbanita, concretamente neoyorkina, que como irónicamente nos sugiere su título una vez vista la película, ahonda en la quimérica búsqueda de vías de escape ante la crisis de los 40 que sacude a la vida en pareja no solo de la clase acomodada, sino más bien 'cultureta' y supuestamente artística. La pérdida del deseo como gran estigma de la apatía a la que su vida diaria se ve sumida. La recuperación del mismo, como ese inalcanzable anhelo. Alex Ross Perry, director de "Listen Up Philip" y "Queen of Earth", es una nueva luminaria del cine independiente made in USA que sigue la estila de los Wes Anderson y Noah Baumbach. Su nueva y genial película, que una vez más, vuelve a encumbrar el empleo del primer plano y los 16 mm, es la prueba definitiva.

5. THE WOMAN WHO LEFT
Mención Especial para la actriz Charo Santos-Concio
En pocas palabras:
Un León de Oro para la posteridad.
En unas cuántas:
Retrato moral de incalculable valor cinematográfico y ante todo, estoicamente humano, que utiliza como punto de partida un cuento de Tolstoy para hilvanar una carta de amor a las clases sociales más bajas y desamparadas. "The Woman who Left" nos devuelve a un año fúnebre para su país de origen, 1997, aquel en el que Manila fue encumbrada como la ciudad de los secuestros, la que presentaba más cantidad de chantajes y raptos. Es en medio de este deshumanizado 'lío' que Lav Díaz nos presenta a Horacia, una mujer de una descomunal alma caritativa que sin embargo, sufre en sus propias carnes las consecuencias más extremas de la injusticia, las de un arbitrario y abusivo cautiverio de treinta años por un crimen que no ha cometido. Motivo más que suficiente para alimentar en ella una hastiada sed de venganza. Así empieza un viaje introspectivo envuelto del paisaje social más esquinado y excluido, un trayecto propulsado por el dolor más supurante y el odio más hiriente, que bien podríamos imaginarlo como abyecto. Pero no es así en el caso de Horacia, una mujer que profesa un inabarcable amor por los más desamparados, una superheroína de nuestros días cuyas humanas acciones en medio del profundo desconsuelo que sufre dignifican a los 'olvidados'. No es casualidad que el nombre de la Madre Teresa de Calcuta salga a escena, tampoco el de Batman. Y es que bien podríamos presentar a Horacia como una mezcla de ambas. "The Woman who Left" no miserabiliza a unos personajes condenados a la pobreza y menesterosidad más grotesca. Una condena supuestamente irreversible de la que, sin embargo, los gestos mínimos de una mujer colosal llamada Horacia les expía. Lo dicho, estoica.

6. HARMONIUM
Premio del Jurado
En pocas palabras:
Un drama familiar que deviene en una asombrosa historia de crimen y castigo, con ecos del cine de Eric Rohmer, Mikio Naruse o, incluso, del gran Ozu.
En unas cuántas:
De ella nuestros compañeros de la revista Magnolia han dicho "El japonés Koji Fukada presentó Harmonium, tras su reconocimiento el pasado Festival de Cannes dentro de la sección Un Certain Regard, en la que un cotidiano relato familiar se resquebraja con la llegada de una tragedia inesperada que cambia sus vidas. Al igual que sucede con ese mal invisible que se abre paso en las grietas del relato, la puesta en escena naturalista pero bien medida va dejando paso a un expresivo uso de los colores y el vestuario, así como un interesante uso de los espacios en la vivienda como reflejo de la psicología de los personajes. Fukada combina con sorprendente equilibrio la delicadeza y elegancia japonesa con el desgarramiento y exceso que habitualmente toma el control en el cine nipón, una acertada decisión que dota a la película de vitalidad e identidad propia"

Sección Panorama
En pocas palabras:
Un encuentro entre Shakespeare y el mejor Noah Baumbach, con ecos del primer Woody Allen y del gran Hong Sang-soo. O, si prefieren, el más existencialista y metafísico capítulo de "Girls".
En unas cuántas:
La descripción exacta de lo que es una vida. La de Camila, pero que bien podría ser la de cualquiera de nosotros. Suena grandilocuente o pretencioso, y lo sería en manos de cualquier otro, pero no en las de Piñeiro. Hábil en su narración, impregnada de ternura y de un sutil sentido del humor, el cineasta nos va mostrando y desentrañando los cambios a los que se ve sometida su protagonista; esos que devienen tras las rupturas sentimentales, los reencuentros, los proyectos frustrados e , incluso, tras la ansiosa y desesperante búsqueda de un padre ausente. Y lo hace de una forma sencilla, simple, íntima, sin grandes catarsis ni épicas epifanías porque éstas, seamos sinceros, son poco frecuentes en la vida. Y aquí se trata de filmar, en pedazos y fragmentos, la vida de un mujer que decide cambiar de ciudad para emprender un nuevo proyecto. Sin estridencias, sin artificios, sin subrayados innecesarios. Y de esta forma, el film se convierte en un logrado intento de darnos (y darse) tiempo para recrearse en los gestos más triviales, los situaciones más banales, los momentos más intrascendentes y hallar el sentido o significado oculto que se esconde tras ellos. Tan lejos, tan cerca.

8. PORTO
Sección Panorama
En pocas palabras:
Súmenle a "Antes del amanecer" de Richard Linklater y sus dos continuaciones, "Olvidate de mí" de Michael Gondry, "El último tango en París" y "Blue Valentine", todo pasado por el filtro de Jim Jarmusch -por cierto, uno de los productores ejecutivos del film- y hasta de Manuel de Oliveira -aunque sólo sea porque nadie filmó Oporto como él- y tendrán "Porto".
En una cuántas:
Un apasionado romance, una reflexión sobre la naturaleza del amor, pero, sobre todo, un vibrante estudio sobre el poder de la memoria. Esa que construye y reconstruye nuestros recuerdos. Y eso es precisamente este film: una evocación, melancólica, nostálgica, de un recuerdo. El de un fortuito encuentro entre dos desconocidos. La película está dividida en tres capítulos: uno desde el punto de vista de él, el otro con el protagonismo absoluto de ella, y el tercero, con el de ambos. Con el de sus cuerpos desnudos, es decir, con el sexo. Porque todo en este corto film rebosa una fuerte sensualidad, cargada de romanticismo, que bien nos puede recordar al clásico de Bertolucci, "Último tango en París", aunque con menos violencia, con demonios más atemperados Nos recuerda a ella ver a dos desconocidos que experimentan entre ellos la fuerza contagiosa del deseo, encerrados en una casa donde apenas se ve más que una nevera sin luz y un colchón tirado en el suelo, presidiendo la estancia. Astutamente, el director va utilizando todos las texturas que nos brinda el celuloide ( desde el super 8 a los 35 milímetros), adaptando cada una de ellas a un momento concreto de la historia, según nos situemos en el presente o el pasado. El film, de una gran fuerza poética, nos sitúa así en una narración fragmentada, que vuelve a los mismos puntos, y experimental, que juega con los formatos para reforzar aún más, si cabe, el poder evocador que desprende, donde la propia ciudad, al final, se convierte en un personaje más. Al fin y al cabo, hablando del amor, ya lo dijo Rodrigo Fresan. "recuerda, recuérdame, recuérdanos así".

Sección Panorama
En pocas palabras:
El más poderoso retrato sobre la soledad y la resistencia femenina que se haya visto en la gran pantalla en mucho tiempo. No solo bebe del cine independiente, sino también de la pintura de Edward Hopper o de la literatura sureña, desde Faulkner a Harper Lee.
En unas cuántas:
Una emotiva y vibrante historia que gira alrededor de la soledad y de nuestra desesperación por mantener contacto con alguien. Y hablamos en primera persona del plural, porque la desesperación de estas mujeres bien podría ser la de cualquiera de nosotros. Pero, sobre todo, es un relato que habla de lo que significa, supone e implica ser mujer. Del rechazo que genera y los estereotipos que aún se conservan. En la primera historia, por ejemplo, el personaje de Laura Dern debe lidiar con un cliente que parece no entender que por muy injusto que sea su caso -un accidente laboral- poco se pude hacer desde el punto de vista judicial. El hombre sólo asumirá esta situación, con las consecuencias que conlleva, cuando se lo diga un abogado al que acude para tener una segunda opinión. Cuando se lo diga él, no ella. El pronombre aún, desgraciadamente, importa. O en la segunda historia, donde, cuando el matrimonio empecinado en comprarle los ladrillos de arenisca visita a su vecino para hacerle una oferta, éste quiere dirigirse sólo al hombre, a pesar de que quien le habla, quien ha tomado la iniciativa, es ella. Pero más allá del discurso, importan las sensaciones. Las que origina Reichardt con una narración simple y poética, donde nos adentramos en la vida de sus personajes para ir descubriendo que el miedo y el amor pueden darse a la vez, que a pesar de los encuentros que parecen cambiar una vida, al final siempre se vuelve a la indolente rutina del principio, que el sabor del fracaso es amargo y la soledad, un fantasma con demasiada recorrido. Aunque ellas, por supuesto, resistan.

10. PERSONAL SHOPPER
Sección Panorama
En pocas palabras:
"Black Mirror" se mezcla con "Los Otros". Un perfecto cóctel fílmico que incluye el cine de terror, el suspense hitchcockiano y las películas más inquietantes de De Palma, aquellas donde, como en "Personal Shopper", abundaban las pantallas y éstas se convertían casi en un símbolo de horror.
En unas cuántas:
Mucho más que un relato de fantasmas al uso, es un relato sobre las ausencias. Sobre lo sobrecogedoras y dolorosas que éstas pueden ser. Porque son éstas quienes afligen y torturan a Maureen; en un caso, su hermano, cuyo recuerdo no le abandona; y, en el otro, el autor de los mensaje anónimos que recibe en su móvil. Por no hablar de la propia Maureen, convertida ella misma en una ausencia que vaga por las calles de París mientras mira ensimismada la pantalla de su smartphone. ¿ Una metáfora sobre la soledad y el miedo en tiempos altamente tecnológicos?. ¿La desesperación por comunicarse en un mundo hipercomunicado, pero donde, paradójicamente, vivimos recluidos, abducidos, aislados?. No lo sabemos. Lo seguro es que estamos ante una película angustiosa y turbadora, donde Assayas demuestra su talento para la creación de ambientes y la gestión del suspense y la tensión. También que el esfuerzo de Kristen Stewart por desvincularse de Bella Swan le está siendo más que productivo, porque nunca había estado tan bien, tan inquietante, tan emotiva, tan soberbia, como en este film. Imposible no dejarse seducir por ella. Su espectro -y el de la película- perseguía, incluso horas más tarde, a todos los que se habían congregado en el teatro Pérez Galdós para verla.

Sección Oficial
En pocas palabras:
Sumen al ritmo pausado y reflexivo de Andrei Tarkovsky las pinturas cargadas de lirismo rural de Jean-Fronçois Millet, el realismo de Andrew Wyeth y el claroscuro de Caravaggio y podrán hacerse una idea de lo que es "Knife in the clear water"
En unas cuantas:
Una propuesta árida, con personajes lacónicos que deambulan por un espacio exquisitamente filmado, a ritmo lento, sosegado, casi diríamos que lánguido. Pero en esto reside la belleza de este insólito film: en la captación de los pequeños detalles, de los zapatos bañados en barro de los niños que intentan desesperadamente, en un día de lluvia, llevar a las gallinas hasta el corral, o de las mujeres que, tenaces y superando la falta de medios, preparan la cena en angostas cocinas mal iluminadas. Pero no todo es estética en un film que, por lo demás, contiene una fuerte carga filosófica alrededor del duelo, del sacrificio y, sobre todo, de las relaciones, aunque éstas sean entre humanos y animales, entre el triste y anciano patriarca de una familia y su viejo y desganado buey. Y en el retrato de ese patriarca es donde gana la película: él, que parece tener una querencia especial por su apreciado buey, no rechaza la idea de su hijo de sacrificarlo como tributo a la madre desaparecida, consciente de la falta de recursos de la familia, pero a la vez es evidente su dolor ante la pérdida. Es la figura sentimental en contraposición al pragmatismo del resto de la familia; mientras él reprime su llanto, su nieto habla de las partes del animal que se comerá en el futuro. Al final, lo que viene a anunciar la película es la necesidad del estoicismo ante -y sobre- la vida. Séneca o Marco Aurelio no hubieran podido estar más de acuerdo. Nosotros, más prosaicos, tomamos nota de esta lección vital.

12. CUATREROS
Sección Oficial
En pocas palabras:
Documental, diario, road movie, ensayo, performance, videocreación, poema. Una anomalía deslumbrante.
En unas cuántas:
Experiencia sensorial y reflexión política. Un estudio sobre la memoria colectiva, la familiar y la personal. El documental (aunque suene osado clasificar una propuesta tan extraña y mestiza) nos relata el pasado de Argentina, el de la última dictadura militar, con el pretexto de la búsqueda de un documento sobre Isidro Velázquez, pero, a la vez, y más importante que eso, nos desnuda la vida de Albertina Carri, sus miedos, anhelos, traumas y obsesiones. Ella misma pone voz al desfile de imágenes que nos proyecta, sin seguir una lógica cronológica o narrativa, guiándose por el impulso metafórico. Así, las manipulaciones de líquidos en un laboratorio bien pueden ser una metáfora del propio veneno que parece corroer a la cineasta, tan hastiada como desesperada por su pasado(un fantasma que le atormenta) y su presente (un cadáver sin demasiada posibilidad de revivir). Su desconcierto y confusión son el desconcierto y la confusión de todo un país. Y sus explicaciones sirven tanto para ella misma como para toda Argentina. Y es que la desaparición de sus padres es la herida que el país de Borges o Adolfo Bioy Casares parece no superar. Algo parecido nos pasa a nosotros con el franquismo. Cada pueblo tiene su lesión, su corte, su arañazo. Y a pesar del intento de curación, al final, como siempre, solo quedan el ruido y la furia. Y entre ambos, ella, Albertina Carri, en pie y aún buscando algo de justicia, de comprensión y entendimiento. Ojalá que los encuentre.

13. PARIENTE
Sección Oficial
En pocas palabras:
Un western crepuscular que bebe directamente de Sam Peckinpah y Sergio Leone, con una clara influencia de la literatura de Cormac McCarthy y ciertos toques de melodrama.
En unas cuántas:
Una historia de suspense, una de venganza, un (imposible) romance, un retrato de la idiosincrasia y de la historia colombiana. "Pariente" es muchas cosas pero, sobre todas ellas, es un brillante western que combina la violencia más cruda con el sentimentalismo más descarnado. Al fin y al cabo, como pronuncia el objeto de deseo del protagonista, "es un privilegio morir de amor". Y el amor y la muerte (no necesariamente unidas) serán una constante durante las dos horas que dura el film. Durante ese tiempo, lo que más le interesa a Gaona es contar la odisea y aventura de sus personajes, poner énfasis en el estudio de sus personalidades y acciones, enfrentarlos a situaciones límite y ver como reaccionan, crear una atmósfera densa, sucia, inquietante y violenta. Y lo hace con la pericia del mejor de los artesanos, del que sabe que no son necesarios grandes discursos ni pomposos recursos, que nada es más arduo que contar bien un relato. Pero esto no quita que la película no trascienda la mera narración, porque aquí nos enfrentamos a la, tal vez, mejor radiografía que se haya hecho recientemente de la historia y los traumas de Colombia. La violencia intrínseca de su cultura, sus turbulencias y miedos, su vida rural y su peliagudo y complejo problema con los grupos paramilitares que se prodigaron por el país sembrando el terror durante décadas, quedan al desnudo, visibles y patentes, tan dolorosos como escalofriantes, en este duro y afanoso film. Un oscuro fantasma, un trauma, un horror que podría resumirse en la frase que espeta otro de los personajes del film: "yo sólo quiero vivir tranquilo". Sin mencionar la impresionante lección que ofrece el film sobre la música, constante leitmotiv de la película. Aquí todo es violencia, pero recuerden, también existe el amor. Y no hay mayor privilegio que morir por él.

Sección Oficial
En pocas palabras:
Un drama desgarrador con una estética y ritmo similares al de las películas de Kelly Reichardt, con ecos más que evidentes de "Joven y bonita" de Françoise Ozon, y hasta de "Vivir su vida" de Godart.
En unas cuántas:
Una mirada diferente a temas tan polémicos como la prostitución, ejercida libremente y sin que genere desasosiego o tormento en su protagonista, un retrato de una pequeña comunidad en lo más profundo de los Estados Unidos, un estudio pormenorizado de personajes y un melodrama doloroso y seco. Tan seco como los paisajes que transita Katie en busca de cierto sentido en su vida, mientras sigue soñando con San Francisco como Ulises con Ítaca, ese lugar mítico, idealizado e incierto donde hemos ubicado el paraíso y que si algo nos ha enseñado el cine y la literatura es que, generalmente, no existe. Un espejismo que utilizamos para avanzar. Y eso es lo que hace exactamente Katie aunque que, como la Justine de Sade, deba superar miles de obstáculos, desde unos vecinos que le acosan para obtener favores sexuales hasta una madre egoísta que apenas siente afecto por su generosa hija. Algún ligero toque de humor para rebajar el dramatismo y una puesta en escena profundamente realista y sin artificios, una narración sencilla y lineal para un película cuyo argumento no merecía cargar precisamente las tintas ni rizar demasiado el rizo. Wayne Roberts sabe que para provocar al espectador nada mejor que la sencillez, que la imagen de un joven retorciéndose las manos y mirando al horizonte mientras nosotros escuchamos la escena que acontece a su espalda, lo que suponemos que es una violación por los jadeos del repulsivo verdugo y los lamentos y gritos de auxilio de la víctima, es suficiente para conseguir su propósito: que salgamos de la sala de cine cabizbajos, silenciosos, reflexivos e impactados.

15. STILL LIFE
Sección Oficial
En pocas palabras:
Un mezcla entre documental y ficción rodado con exhaustivo realismo, un necesario y urgente alegato sobre como nos relacionamos con los animales, una denuncia del maltrato al que les sometemos. Un film que te convertirá en vegano.
En unas cuántas:
El film comienza con la escena de un joven acariciando a su afectuoso perro mientras le susurra: "podría haber acabado en un sitio peor, en un uno donde no pudiera tenerte", y termina con ese mismo perro, acompañado por otros, vagando en libertad y al ritmo de "Show me the place" de Leonard Cohen. Entre medias, la directora nos enseña el lugar: un matadero. Y todo lo que en él sucede: la tortura sistemática, el sacrificio y la forma tan inhumana, valga la paradoja, en que se trata a los animales. Un film casi mudo -apenas un par de minutos de diálogo en la hora y media de metraje- que denuncia una situación injusta pero que lo hace sin maniqueísmos ni énfasis, mostrando con impavidez lo que sucede y dejando que el público saque sus propias conclusiones. No hay respuestas, solo la exposición de unos hechos tan retorcidos como truculentos. Y éstos, en muchos casos, gracias a la mirada de la cineasta vienen cargados de una rara y extraña poética, cada fotograma impregnado de una desnudez desoladora. El horror evocado con un singular aliento poético para que, al final, uno salga cuestionándose los límites de nuestra humanidad y preguntándose porque salvamos a unos y condenamos a otros de forma tan despiadada, fiera y sanguinaria. Una obra hecha para cuestionar al espectador, para incomodarle y hacerle pensar. Y sí, hacerlo desde el dolor. Desde el nuestro y, sobre todo, desde el de ellos.

16. EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA
Sección Oficial
En pocas palabras:
El ecuador de una trilogía que se inició hace seis años con "Le Havre". Una desternillante y satírica historia sobre Europa, sobre la realidad del viejo continente, narrada con ternura, con un humor que bordea el absurdo y con el estilo, marca de la casa.
En unas cuántas:
Una película tan triste como divertida que, al final, emerge como la más perfecta radiografía de nuestro tiempo. De una Europa quebrada e insolidaria, en donde el nacionalismo y la persecución hacía lo diferente vuelve a ser -como ya lo fuera en el más aciago de nuestros momentos- norma. Una Europa que hace poco perdió la batalla, afortunadamente, en Holanda y que se retará de nuevo en las urnas francesas en escasas semanas, con, hasta ahora, incierto resultado. Frente a esa Europa racista y excluyente, se encuentra el cine de Kaurismäki, un cine que suele ser un canto a la solidaridad y al respeto a la dignidad humana. Como él mismo afirmó en rueda de prensa en la Berlinale, con su habitual y sutil sentido del humor "Soy muy modesto. Quiero cambiar el mundo, pero como no tengo dinero, me conformo con cambiar de momento Europa". Ojalá lo consiga. Mientras, sigamos disfrutando de estas pequeñas joyas, de estos tragicómicos cuentos, donde la risa más que alivio se convierte en doloroso elemento, donde el cineasta expresa lo máximo con lo mínimo, con lacónicos personajes y una depurada economía de medios. No esperen, tampoco, pomposos ni rimbombantes discursos. Aquí las lecciones se ofrecen bajo la apariencia de lo sencillo, de una historia tierna, cargada de un humor surrealista. Pero al final no olviden que habla sobre lo que somos. O lo que queremos llegar a ser. Siga haciendo cine señor Kaurismäki. Europa le necesita. Esta, y la otra.
