"Sobre lo infinito" la insoportable levedad de la existencia
"Una reflexión sobre la vida humana en toda su belleza y crueldad, su esplendor y banalidad". Es así como el propio Roy Andersson nos presenta su nueva película, la que vendría a ser la cuarta parte de su ya tetralogía sobre la vida. Ganador del León de Oro con su anterior y magistral "Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia", gesta que repitió con "Sobre lo infinito", con la que fue galardonado como Mejor Director en el Lido. Ahora, llega a nuestras mejores pantallas de la mano de Golem.
¿De qué va?
Una pareja flota sobre una Colonia devastada por la guerra; camino a una fiesta de cumpleaños, un padre se detiene para atar los cordones de los zapatos de su hija bajo la lluvia torrencial; las adolescentes bailan afuera de un café; un ejército derrotado marcha a un campo de prisioneros de guerra. "Sobre lo infinito" busca ser una aproximación de las distintas etapas que un ser humano atraviesa en la vida. Desde los momentos más preciosos de la existencia hasta el despertar intelectual que nos lleva a tratar de guardar la vida como un tesoro y a compartirla con aquellos a los que amamos.
¿Quién está detrás?
Cuenta Roy Andersson que fueron cuatro años dedicados a tiempo completo los que necesitó para llevar a cabo el rodaje de "Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia", dedicando entre uno y dos meses a cada un de los 39 sublimes tableaux vivants que componen su antológica y aclamada película. Dedicación y pasión absoluta por su oficio como cineasta que se ve plasmada en una obra autoralmente gigantesca. Tanto es así que el León de Oro logrado con su última reliquia finalmente le hizo justicia. Hablamos de uno de los grandes maestros del cine contemporáneo, alguien que es muy famoso por repetir las tomas hasta la extenuación. Un máximo de cincuenta veces y un mínimo de diez, y eso que declaró que en "La comedia de la vida" se había controlado. Genio y figura donde los haya,
¿Quién sale?
Personajes que van desde Adolf Hitler a una directora de marketing que ha perdido el sentido de la vergüenza, otra mujer amante del champán, dos amantes que vuelan abrazados sobre una Colonia bombardeadada, un cura que ha perdido la fe y su psiquiatra que no le quiere atender porque pierde el autobús.
¿Qué es?
Es el propio Andersson quien nos presenta Sobre lo infinito" como "la cuarta parte de una trilogía" (refiriéndose a la trilogía de la vida que inició "Canciones del segundo piso" y supuestamente completaron los dos títulos anteriormente mencionados). Para ello se inspira muy libremente en "Las mil y una noches" de Sheherazade.
¿Qué ofrece?
Roy Andersson sigue en su línea, creando nuevamente una obra gran guiñolesca que es pura orfebrería, suerte de yuxtaposición lánguida y poética construida a través de unos inconfundibles tableaux vivants minuciosamente orquestados que presentan un extraordinario trabajo de la profundidad de campo, que capturan momentos concretos de vida y que, asimismo, inciden en una peculiar reflexión existencial que nos lleva a la más tétrica realidad desde la más imprevisible ironía y desde un destilado humor deadpan.
En este sentido, la excepcional "Sobre lo infinito" responde nuevamente a su singularísimo lenguaje cinemático, incidiendo en este caso en la infinidad de signos provocados por nuestra mera existencia, los signos que nos hacen sentir eternamente humanos, conformando y haciendo crecer así un personalísimo corpus fílmico en el que todas y cada una de sus películas parecen conformar una sola obra. De hecho, esta bien podría suponer su guinda. Allá donde la oda se traduce en lamento, donde el desencanto adulto choca de bruces con la vitalidad juvenil (no es casualidad que todos los personajes adultos permanezcan desolados y decrépitamente maquillados mientras los jóvenes emanan brío, vigor y alegría) donde la depresión y el hastío adquieren un inclasificable sentido cómico, donde los momentos intrascendentes reclaman la misma importancia que los acontecimientos históricos (como es el caso del hundimiento del búnker de Hitler o el vuelo de dos amantes sobre una Colonia bombardeada) o donde la misma realidad es sinónimo de abstracción. Es la lucha por nuestra existencia o, más bien, el entrañable retrato de nuestra vulnerabilidad al someternos a ella. We will survive.
