"El glorioso caos de la vida (Babyteeth)" un ángel en mi cielo

Autor: Joan Sala

Fue una de las principales sorpresas en el pasado Festival de Venecia y suyo fue el Premio Marcelo Mastroianni al Mejor Actor Revelación. La australiana Shannon Murphy debuta con "El glorioso caos de la vida (Babyteeth)" a camino de los universos de Gus van Sant, Jane Campion Miranda July. Lo hace para obsequiarnos con un drama vitalista, adorable e irreverente a partes iguales, que ha cosechado éxitos y reconocimientos allá por donde ha pasado. Ahora por fin llega a nuestros cines de la mano de nuestros compañeros de Avalon, y a nosotros nos toca celebrarlo.

¿De qué va?

Milla (Eliza Scanlen) es una adolescente que se enamora locamente de Moses (Toby Wallace), aunque eso se convierte en la peor pesadilla para sus padres. Sin embargo, poco a poco Milla descubre lo que significa realmente el amor, y lo que podría haber sido un desastre para la familia, pronto les permite disfrutar del glorioso caos que representa la vida.

¿Quién está detrás?

"El glorioso caos de la vida (Babyteeth)" supone el debut de Shannon Murphy, quien entra por la puerta grande en el mundo del largometraje tras tener su premiere mundial en el pasado Festival de Venecia. Fue galardonada con el Director to Watch en Palm Springs con el Premio del Público en Pingyao y con el Premio a Mejor Película en Zurich y Sao Paulo. Es decir, ha cosechado reconocimientos allá por donde ha pasado.

¿Quién sale?

Toby Wallace ("The Society") recibió el Premio Marcello Mastroianni al Mejor Actor Joven en el pasado Festival de Venecia merced de una poderosa y matizada caracterización. Su  protagonista Eliza Scanlen sin embargo, a quien muchos reconoceréis por "Heridas Abiertas" o "Mujercitas" le va también al alza, al igual que Ben Mendelsohn y Essie Davis en el papel de sus disfuncionales padres. El que conforman es un cuarteto interpretativo de lujo.

¿Qué es?

Miranda July + Gus van Sant + Jane Campion.

¿Qué ofrece?

Con mayor o menor acierto, con atino o desconcierto, la desoladora cartografía que nos tienen habituados a dibujar la mayoría de los dramas adolescentes independientes que concurren el circuito festivalero incluyen caminos comunes transitados por suicidios, incestos, abandonos, madres de alquiler o, lo que ya no es tan habitual, las enfermedades terminales. Y es, precisamente en esta última ruta, donde nos encontramos con pasajeros como Shannon Murphy y su estimable, por arriesgada e imprevisible, "El glorioso caos de la vida (Babyteeth)". Un debut resonante y relevante en el que la personalísima mirada de la directora marca una sutil distancia a través de una narrativa que constantemente navega con tacto y extremo rigor, un guión que evita y sortea la morbosa grandilocuencia que podría acarrear todo tipo de subrayado o efectismo en el que podría caer una historia que trae consigo una muerte anunciada en el horizonte. Lo cual no implica que la emergente realizadora australiana renuncie a tomar caminos menos comunes y del todo imprevisibles. De hecho, lo que arma, es un híbrido entre el enfoque más radical e irreverente con el más sensible y accesible. Las drogas, la disfuncionalidad familiar o la delincuencia juvenil juegan un papel importante en esta película de atmósfera onírica y alucinada en la que Murphy evita acertadamente juzgar a sus personajes, sus acciones, o caer en la tentación de hacer sangre de ellas, teniendo además, la capacidad de aprovechar la historia como vehículo inmejorable para ir un paso más allá en este drama vitalista que celebra la alegría de vivir y explora hasta dónde nos puede llevar el amor. Suerte de cruce entre el "Restless" de Gus van Sant, el "Tú, yo y todo los demás" de Miranda July y "Un Ángel en mi Mesa" de Jane Campion, "El glorioso caos de la vida (Babyteeth)" incurre en las relaciones familiares, el paso a la edad adulta y los cuidados (o más bien los amores) paliativos desde un tratamiento tan transgresor y gamberro como definitivamente cálido y tierno. Un melodrama de fuerte carácter extrañadamente lírico que asimismo es capaz de tratar el lenguaje posmoderno desde su máxima peculiaridad.





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