Crónica San Sebastián 2021: "Blue Moon" La gran familia rumana

Autor: Gerard Cassadó

Crónica San Sebastián 2021: "Blue Moon" La gran familia rumana

La actriz Alina Grigore ("Ilegitim") debuta como directora demostrando que tiene muy bien aprendida la lección sobre cómo se debe filmar una película que aspira a triunfar en el circuito de festivales.

DE QUÉ VA:

Desde que sus padres se separaron (o desde "el incidente", tal y como lo llama su madre), Irina y su hermana Viki viven y trabajan con sus tíos y sus primos en distintos negocios de restauración e inmuebles. La verdad es que nunca queda del todo claro cómo está organizada esta familia en la que Irina vive atrapada muy a su pesar. Sueña con ir a estudiar a Bucarest y librarse del acoso al que le somete su hipercontrolador primo, un gallito inútil que apenas alcanza para no cagarse en los pantalones. En esa tensión se mueve la película, exhibición de una cárcel familiar en la que se conversa a gritos y sobran los numeritos.

QUIÉN ESTÁ DETRÁS:

Los heavy users de Filmin recordarán a Alina Grigore por su papel en el drama sobre el incesto "Ilegitim", que estuvo en la plataforma hace un tiempo y del que era protagonista. Ahora debuta tras la cámara con una película que cumple con los cánones del cine de autor direct-to-festival: cámara pegada a los personajes, a menudo a su nuca; escasa profundidad de campo; ritmo nervioso y personajes en descomposición buscando su identidad a contracorriente. 

QUÉ ES:

"3 días con la familia" + "Wildland". No es una buena opción para una reunión familiar.

QUÉ OFRECE:

Cuando Los Payasos de la Tele cantaban aquello de "No hay nada mejor que la familia unida" sin duda lo hacían pensando que el mensaje estaba dirigido a la ingenuidad infantil. Y es que ya mayores descubrimos que hay muchas cosas mejores que la familia unida e incluso, en ocasiones, que a la familia es mejor tenerla lo más lejos posible. Que se lo pregunten a Irina, protagonista de esta película-encierro de gran complejidad emocional en la que es víctima de un patriarcado familiar feroz. La directora Alina Grigore nos aupa a su espalda para que sintamos el peso de esos infiernos en los que la puerta, dicen, está siempre abierta para que te marches cuando quieras. Una trampa que nos recuerda que las mujeres en Rumanía, muy a menudo, tienen vetado el acceso a las herramientas necesarias para su autodeterminación: la puerta puede estar abierta, pero fuera está nevando y tu sales en pelotas.

Muy deudora de ese cine rumano que viene triunfando en festivales desde hace un par de décadas, la película es una sucesión de abusos sutiles, abusos explícitos, espectáculos de histeria colectiva y la sensación determinista de que esos personajes ocupan exactamente el sitio que les corresponde, muy a su pesar. La universidad en Bucarest se presenta entonces como una Arcadia imposible, una posibilidad de huída inviable, por mucho que la puerta de salida esté siempre abierta.

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