Cápsulas de filmin: Hollywood en México (parte I)

Autor: Ariel Fernández Verba Fuente: Ariel Fernández Verba

En el México de los años ´20 los católicos tenían los días contados. El Estado post revolucionario había declarado la guerra a la Iglesia, lo que en el terreno venía a significar la persecución de feligreses y curas, quema de símbolos y sobre todo miedo, mucho miedo. En 1946 John Ford llega a México para rodar "El Fugitivo", una historia que, como disuade el rotulo inicial "sucede en un lugar ficticio", pero que viene a narrar, precisamente, lo sucedido en estas tierras años atrás.

"El Fugitivo" es una adaptación de la novela "El poder y la Gloria" de Graham Greene, "una adaptación mojigata" en palabras del escritor, ya que en su momento refunfuñó como su personaje literario, un cura atormentado por su pasado, se transformaba en un cura que representa todo lo que en aquella época podía representar el mismo Henry Fonda, esto es, perfección, raza y belleza. Y es que Ford, en cuestiones de fe, era católico hasta la medula, y en su narración tampoco evitará remarcar la crueldad del Estado ateo, siendo Pedro Armendáriz la cara visible de esa injusticia, siendo la cara, y el acento, del mal.

Patologías aparte, cabe celebrar el que un director como John Ford, que en la región se lo recuerda más por ese Hollywood tan polvoriento al que llaman western, haya dejado constancia cinematográfica no solo de un suceso, la guerra Cristera, sino también de una constante de la historia, su imparcialidad.

Tras estas nuevas Cápsulas de Cine dedicadas al Hollywood rodado en tierras mexicanas sobrevuela la figura de Antonia Bonifant. Antonia Bonifant, también conocida como Cube Bonifant o Luz Alba, fue una crítica cinematográfica mexicana de principios del siglo S. que destacó por su irónica y acida escritura. Sus textos, dicho con un recato ajeno a la arriba mencionada, repartían "opiniones" como panes, es decir, actores de moda, actrices deseables, directores aclamados  o  cualquier modo preestablecido de representación podían llegar a ser objeto de su verbo envenenado. Y de todas sus críticas, la que nos da el pie a presentar este trabajo, es aquella que arremete contra la industria hollywoodiense.

Sabemos que no todo el cine estadounidense es denunciable por lo que Antonia Bonifant señalaba en sus textos, pero también es cierto que, casi noventa años después, seguimos sabiendo a qué se refiere. Hablamos de esa estúpida inclinación hacia la parte por el todo que, en busca de la fijación perenne, reduce lugares, folklores y culturas a su mínima expresión, invocando en su gesta la candencia del tópico, recayendo una y otra vez en lugares comunes donde el punto de partida suele ser también la llegada. Es el síndrome del vinagre en el ojo, cuyos efectos no dejan más que un esbozo de lo que, en definitiva, era una verdad más compleja. Sus palabras están despejadas de cualquier decoro:

"Como los yanquis son muy ignorantes, rara vez pueden tratar bien asuntos que se desarrollan fuera de Estados Unidos. Los yanquis creen, por ejemplo (lo hemos visto en infinidad de películas), que en la Argentina todos los hombres usan bigote, y hay muchos toreros y manolas que pasean por las calles; que en el Brasil todos los hombres tienen las cejas muy anchas; que en México todos los hombres visten de charro... Creen que los rusos forzosamente llevan barbas; que los franceses parecen afeminados; que los alemanes son todos pelones; que las españolas tienen que ser bailarinas, y otras cosas tan asombrosas como éstas". ("El Universal Ilustrado", 1927)

En las siguientes Cápsulas analizaremos algunos ejemplos del cine de Hollywood rodado en México y como, para bien o para mal, ha sido retratado el país vecino.

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