AFF 2018: "Permanent Green Light" desaparecer lentamente
Un joven quiere explotar sin dejar ningún rastro, desaparecer del todo, suicidarse de la forma más sublime posible. Esta es la premisa de una película incómoda y radical, una experiencia que puede despertar fascinación, ansiedad o repulsión; estados anímicos por los que Dennis Cooper, codirector del film y uno de los escritores más polémicos de Norteamérica, se mueve como nadie.
¿De qué va?
Al norte de Francia, un adolescente que se pasa el dia cerrado en su habitación mirando vídeos de explosiones a todo volument está obsesionado con inmolarse en público. No quiere suicidarse. No quiere lanzar un mensaje ideológico. Principalmente le interesa la reacción de la gente a la explosión, el fenómeno que puede causar una muerte ejecutada de una manera tan consciente y precisa. Este joven protagonizará un triángulo amoroso marcado por la premonición y la tragedia y vivirá el proceso como un lento viaje hacia la muerte, acompañado por amigos que no sabrán qué hacer ni qué decir la mayor parte del tiempo (no se les puede culpar).
¿Quién está detrás?
El tándem formado por Dennis Cooper y Zac Farley. El primero, escritor norteamericano polémico, provocador y con una prosa transgresora que le ha costado tanto admiración como aversión. El segundo, un artista visual con quien Cooper ya habia trabajado en su primer largometraje, "Like Cattle Towards Glow", una película entendida como una serie de cortometrajes que transladaban a la pantalla el universo de las novelas del primero.
¿Quién sale?
Cooper y Farley han trabajado con actores jóvenes, todos ellos con muy poca trayectoria. De hecho, "Permanent Green Light" es para muchos de ellos, su primera película. Se nota en unas actuaciones nerviosas e inexpertas, a menudo bressonianas, que encajan a la perfección con las mentes perturbadas y constantemente confundidas de los adolescentes que interpretan.
¿Qué és?
"El diablo, probablemente" (Robert Bresson, 1977) + "El video de Benny" (Michael Haneke, 1992) pasado por el filtro del universo personal de Dennis Cooper.
¿Qué ofrece?
Principalmente en la pentalogía formada por Closer, Frist, Try, Guide y Period, y mediante su prosa, Dennis Cooper ha conseguido sumergirse en la mente de jóvenes con un deseo irrefrenable hacia la muerte, la autodestrucción o el sadomasoquismo. Pulsiones intensas y desgarradoras que los protagonistas abrazan en un presente confuso y acelerado, donde descrubren la sexualidad como un terreno inexplorado, violento y salvaje, y la vida como un infierno silencioso y monótono del que sólo quieren huir.
En "Permanent Green Light", Dennis Cooper desnuda la obra de elementos. Escoge un solo protagonista, con un solo deseo y lo sigue hasta sus últimas consecuencias. El resultado es una película tan desconcertante como todas sus novelas y un retrato de una juventud perdida, con unos vínculos afectivos líquidos e inestables y una manera de ver el mundo marcada por la violencia y la incomunicación. El amor, la muerte y la amistad se vuelven experiencias oscuras e incomprensibles a medida que el film avanza y seguimos al protagonista en la búsqueda de un deseo tan bello como desaparecer por completo, convertirse en nada. El hecho que este deseo incomprensible nazca de una realidad normativa - un barrio residencial tranquilo al norte de Francia, una juventud que ha crecido con Internet y videojuegos, unas relaciones familiares aparentemente comunes - nos hace reflexionar sobre lo que puede significar ser joven en la actualidad más allá de la visión esteriotipada que a menudo se aglutina bajo la etiqueta millennials, además de plantear la omnipresencia del terrorismo en nuestras vidas, como ya hacia "Nocturama" de Bertrand Bonello, el año pasado. Dennis Cooper da voz - y luz verde - a un grupo de jóvenes que esconden más de lo que nos podríamos imaginar y "Permanent Green Light" acaba convirtiéndose en una película inesperada y visceral.
