4 lecciones de cine por Terrence Malick
Toda aparición pública de Terrence Malick suele devenir en acontecimiento. Tal vez porque estamos poco acostumbrados a que se prodigue en los medios de comunicación. Pocas fotografías, menos entrevistas. Al igual que a Stanley Kubrick, a Malick le persigue ese aura de señor solitario e incluso misántropo. Alguien que vive aislado y ajeno a todo lo que no sea su arte o las cuestiones más trascendentes de la vida. Por eso, resulta gratamente sorprendente que la semana pasada, y con motivo de la presentación de su última criatura fílmica, "Song to Song", en el Festival South by Southwest de Austín, Texas, se sometiera a las preguntas de una audiencia ávida y ansiosa por escuchar las palabras de alguien que muchos consideran algo más que un cineasta. Un filósofo, un poeta de la imagen, un genio del séptimo arte.

Las etiquetas son variadas y personales. Flanqueado por el actor Michael Fassbender , protagonista del film junto a Natalie Portman, Ryan Gosling y Rooney Mara, el también cineasta Richard Linklater, que en este caso ejercía la ardua labor de moderador del espacio, el autor de "El Árbol de la Vida" lanzó una resumida masterclass sobre el proceso creativo y las dificultades y complejidades a las que uno debe enfrentarse durante el rodaje de una película. Y decimos que fue resumida porque Malick, fiel a su estilo, dejó que sus dos acompañantes en el escenario hablasen más que él, pero aún así, obtuvimos sucintas lecciones sobre cine que cualquier aspirante a director debería consultar, memorizar y aplicar con la velocidad con la que el propio Malick abandonó el escenario para volver a sumergirse en, imaginamos, una vida contemplativa y profundamente reflexiva, de observación de la belleza natural y análisis de la crueldad humana. Y nosotros a lo nuestro, esperando con ansiedad e ilusión "Song to Song". Mientras, les dejamos con estas cuatro (breves) lecciones de cine. Palabras de un maestro.
1. LOS ACTORES
La improvisación y la espontaneidad. Esas serían las dos claves del trabajo de Malick con los actores. Un proceso que muchos intérpretes consideran estimulante y creativo, mientras otros lo tildan de caótico y confuso. Con este método Malick intenta huir del estilo de presentación clásico que él califica de teatral, por algo que resulte más natural, desenvuelto y espontáneo. "Si intentas hacer que las cosas sucedan, empiezan a sentirse presentadas. Empiezan a sentirse premeditadas" explicó el cineasta. En lugar de ofrecer una exhaustiva guía y rígidas directrices a los actores, deja que éstos exploren, investiguen, indaguen en sus personajes, habiten su piel y vayan construyendo unas escenas que, al final, resultan más impresiones que las clásicas escenas narrativas que encontraríamos en el resto de películas estilo Hollywood. Este método puede desorientar al actor e , incluso, hacerle fracasar. Como el propio Fassbender aclaró: "solo estás tratando de sobrevivir" Pero en este caso, no sólo se tolera, sino que incluso se fomenta el fracaso. Por cierto, sabemos de la conflictiva relación que muchas veces tiene Malick con sus actores debido a su implacable método de recorte en montaje. Tanto que hasta suele hacer desaparecer la participación de un determinado nombre del reparto. Por ello, no sorprendía esta semana la noticia de que las actuaciones de Christian Bale o Benicio Del Toro en "Song to Song" fueran eliminadas por el autor. Algo que ya ocurrió con el papel de Adrien Brody en "La delgada línea roja" o con el de Sean Penn en "El árbol de la vida", cuyo personaje se vio tan drásticamente recortado que hasta el protagonista de "Mystic River" llegó a declarar públicamente que no entendía que papel ocupaba su personaje en la película. Algunos actores no entienden el fracaso. Ni que, a veces, éste puede ser el mayor de los triunfos.

2. LA MÚSICA
Un elemento crucial en cualquier composición fílmica, que suele dotar a la imagen de mayor fuerza dramática, expresiva. Pero más en el caso de Malick, que, al contrario que otros cineastas, tiende a no utilizar las canciones para componer una especie de unidad genérica, sino que se atiene solo a la resonancia emocional que tenga cada escena. El proceso es simple: a lo largo de los años Malick va recogiendo diferentes y variadas piezas musicales que luego pasará por el software de edición Avid (un programa que él mismo denomina "máquina de edición"). Luego, en un extenso, lento y agotador proceso de montaje, irá ajustando las piezas musicales a determinados momentos de la película guiándose exclusivamente por la pulsión y el ritmo emocional. Por ejemplo, durante la charla en Austin un aturdido y sorprendido miembro del público aseguraba haber reconocido una oración polaca dentro de la banda sonora de "Song to Song". Y así era: la oración puede escucharse en el momento en que el protagonista cree ser el responsable de la muerte de su querida esposa. Como en el proceso de trabajo con los actores, el guionista y director de "Malas Tierras" vuelve a aplicar aquí una técnica basada en la intuición y el instinto, tan libre como osada.

3. LAS LOCALIZACIONES
El hecho de que las películas de Malick carezcan por completo de cualquier tipo de narrativa clásica o convencional, hace que la elección de los lugares o escenarios donde rueda suelan tener una motivación más expresiva, e incluso lírica, que práctica. Suelen estar, además, cargados de simbolismo. Son espacios que recorren sus personajes, siempre confusos, siempre buscando el sentido de la vida o, como infatigables reproducciones de Jep Gambardella, la gran belleza. Esa que Malick filma dejando que la cámara se deslice por la naturaleza para atrapar destellos de belleza que al final componen una verdadera orgía para los sentidos del espectador. En "Song to Song", por ejemplo, los ruidosos festivales de música y las grandes mansiones se convierten en reflejo del caos y el exceso al que se entregan los personajes. Y los cambios de escenario tienen también una gran relevancia, tanto en pantalla como durante el propio proceso de filmación. Así, Malick explicaba que las secuencias que rodaron en México servían para introducir a sus protagonistas en un lugar donde "la vida estaba al aire libre. Una especia de vida más sencilla que despertó algo en todos ellos". Pero ese cambio de escenario no sólo era para sus personajes, sino también para su equipo, parte del cual era de origen mejicano, comenzando por el oscarizado director de fotografía, habitual de las películas de Alejandro González Iñarritu, Emanuel Lubezki. Ir hasta Yucatán, hasta su tierra natal, su origen, ejercería alguna energía que luego se vería traspasada a la gran pantalla. Aún tendremos que esperar un poco para saber si esa energía, efectivamente, se palpa o no en "Song to Song".

4. LA ESCRITURA
Y durante el proceso de escritura, el método de Malick cambia poco. Volvemos a la idea del trabajo orgánico, de la improvisación. Algo fácil ya que Malick rechaza en sus películas la estructura dramática clásica -eso que Robert Mckee denomina "arquitrama"- a favor de la captación de retazos y destellos. Lo que él llama"partes y piezas", fragmentos de la vida interior y exterior de sus personajes que generan una interpretación abierta al que el espectador deberá buscarle una unidad, un significado. Aunque muchos críticos han calificado este método de autoindulgente y tramposo, para Malick tienen un profundo arraigo filosófico que procede de los años en que era un aplicado estudiante de filosofía en Harvard. Proceden de la idea del flujo de la conciencia, de los estudios del tiempo y la fenomenología de Heidegger, que es un dejarse llevar que muchas veces, como aclara el propio cineasta, significa "vivir sin un yo". Algo tan peligroso como liberador. El título de su última película, de hecho, "Song to Song", supone una pequeña pista no sólo del argumento del film, sino incluso de la propia visión que el autor de "El nuevo mundo" tiene de la vida y la escritura. En ella, el personaje interpretado por Rooney Mara dice que vivir significa ir "momento a momento, canción a canción, beso a beso, estado de ánimo a estado de ánimo". Sin un yo, sin un núcleo estable al que asirse. Tal vez esa renuncia explícita a su propio yo es lo que hace que Malick rehuya toda presentación pública. Estaremos atentos al siguiente destello.
