10 directores que nunca fueron a la escuela de cine
El arte es algo salvaje, algo que no siempre puede ser domado por una escuela o pulido por unos profesores que intentan dar unas pautas a seguir para crearlo. Hay veces que los creadores no pueden vivir bajo las convenciones impuestas en las escuelas de cine y prefieren volar libres, convertirse en autodidáctas y vivir el cine en su máxima expresión, como una serie de experiencias que al final te moldean para ser algo que no se puede enseñar: director de cine.
Entre los grandes, hay muchos que no pisaron nunca la escuela de cine, y que se formaron en el campo de batalla, trabajando todos los aspectos técnicos de cómo hacer una película. Escogidos por el equipo de Flavorwire, estas mentes inquietas te dicen: No estudies cine, vívelo.
Quentin Tarantino
“Tratar de hacer una película por ti mismo y sin dinero es la mejor escuela a la que puedes ir”. Esto fue lo que le dijo Tarantino a sus estudiantes durante una master class en el Festival de Cannes. Después de dejar la escuela de actores, Tarantino se centró en tan solo mirar películas. Trabajar en un videoclub durante los 80 también le ayudó.
“Cuando la gente me pregunta si fui a la escuela de cine, les digo, no, fui al cine”, dijo una vez. “Cuando eres estrecho de miras o tienes unos intereses muy limitados, mejor que escojas mucho. No estaba intererado en la escuela, no estaba interesado en el deporte. Solo estaba interesado en las películas”.
Terry Gilliam
Gilliam ha dicho que se "opone" a las escuelas de cine en muchas ocasiones. El director de “Brazil” empezó su carrera como animador y dibujante, y poco a poco fue ganando la experiencia y confianza para ponerse detrás de las cámaras. En 2011 declaró que la experiencia es la mejor maestra:
“La escuela de cine es para los tontos. Vive y aprende cómo hacer películas. No fuí a la escuela de cine. Tan solo miré películas en el cine. Y probablemente, mi mejor educación fue hacer películas, así que eso es todo lo que siempre diré: mira películas, coge una cámara y haz una peli. Y si lo haces las veces suficientes, eventualmente empezarás a aprender cómo se hacen las películas”.
Los hermanos Wachowski
Los Wachowski dejaron la universidad después de dos años y se metieron en el negocio de pintar y construir casas mientras escribían cómics para Marvel. Los hermanos eran unos grandes aficionados al cine y han citado a Billy Wilder y a Hitchcock como sus influencias tempranas. El libro de Roger Corman sobre hacer películas con bajo presupuesto, “How I made a Hundred Movies in Hollywood and Never Lost a Dime”, también les inspiró para escribir un guión (Carnivore), vender otro (Assassins, no se hizo) y trabajaron juntos en su debut tras las cámaras (Bound). Un poco después filmarían la que sería su obra maestra, “Matrix”.
James Cameron
El director de "Titanic" siempre ha sido un enamorado del arte y la ciencia, pero dejó la universidad. Empezó a vivir en una furgoneta y aprendió por si mismo efectos especiales y diseño de producción, y llegaría a trabajar con Carpenter en "1997: Rescate en Nueva York". El productor Roger Corman le dio a Cameron su primera oportunidad dirigir y el resto es historia. El director entró en más detalles de esa etapa en esta entrevista:
“Una de las mejores cosas que me ha pasado es no ir a la escuela de cine. Solía ir a la biblioteca de la Universidad del Sur de California y lo leía todo. Me hacía fotocopias. Me hice mi propia biblioteca de referencia sobre la pintura óptica y todo eso. Realmente estudié todo lo técnico. Pero no estudié la estética de las películas porque me di cuenta de que era demasiado solístico. Tan solo era sobre otras películas, pero necesitas entrenarte; necesitas una guía. Y también necesitas experiencias de vida. Estuve viviendo la vida durante unos años, saliendo con mis colegas de drogas por Orange County, y estudiando física, leyendo mucho y viajando. Así tienes algo que decir, y tienes experiencias en el mundo real que no están basadas en otras películas.
Lo principal es coger una cámara y hacer una película. Eso es lo importante. La gente dice “¿Cómo se consigue ser cineasta?” Y yo les digo, “Ves a casa, coge tu cámara y haz una película”. Bueno, es en video, no importa. Pero es una imagen, tu decides que va en esa imagen. La gente dice, “Bueno, ¿de dónde voy a sacar el dinero?” Que le den al dinero. Consigue a gente y haced una película. Porque si haces una película y pones tu nombre en ella dirá “Dirigido por”, incluso si es la mayor mierda del mundo y no cuesta nada, después de eso, eres un director. Tienes que regatear tu precio, ¿sabes a lo que me refiero? Y el presupuesto. A partir de ahí empieza a incrementarse, pero ya te has definido a ti mismo en ese rol. Si no puedes definirte, poco a poco te vas alejando de él, no siéndolo".
Christopher Nolan
Las películas siempre han sido parte de la vida de Chris Nolan. “Solía improvisar con la cámara, pero nunca fuí a la escuela de cine” le dijo el director de Batman a DGA Quarterly. “Estudié literatura inglesa en la universidad y conseguí unas buenas cualificaciones académicas, mientras hacía mis propias películas y quería hacer más. Yo mismo pagué mi primer largo, “Following”, hecho por mi y unos amigos”. Zeigeist Films cogió la película para distribuirla por festivales, lo cual lanzó la carrera de Nolan en Hollywood. ¿Qué aprendió siendo autodidácta?
“Fue un acercamiento muy natural al entendimiento de todas las diferentes partes del oficio. Estoy interesado en todas las diferentes partes de hacer una película porque tuve que hacer un poco de todo yo mismo: desde grabar sonido a subtitular, editar o hacer la música. Me siento muy afortunado de ser probablemente la última generación que ha editado películas en una Steenbeck, poniendo los fotogramas manualmente y descartando planos. Me dio una buenas nociones para tener una visión global de todo lo que comporta ténicamente una película, y fue muy enriquecedor. Y todo lo que hice era simplemente porque era un apasionado y quería probar cosas. Nunca vas a aprender nada más profundamente que algo que venga de la más pura curiosidad”.
Julie Taymor
El mundo del teatro fue la introducción de Taymor al cine. Pasó diez años viviendo en Sri Lanka, India, y al final, Paris, donde estudió para ser mimo en la escuela de Jacques Lecoq. “Eso fue el principio para que entendiera el poder del cuerpo y qué puedes hacer con el movimiento físico y visual, máscaras y los títeres” le dijo a Interview. “Era muy emocionante, porque puedes usarte a ti mismo como una máquina de escribir. Usas tu cuerpo, usas tu cerebro y tus emociones para escribir el material. No eres tan solo herramientas de un guión ya escrito. Era muy emocionante hacerlo”. Después de hacerse un nombre como directora internacional de teatro en Japón e Indonesia, volvió a los Estados Unidos para hacer teatro en Broadway y producciones de ópera, incluyendo la exitosa “El rey león”. Dirigió su primera película en 1999, “Titus” pero no tuvo demasiado reconocimiento crítico hasta que no hizo “Frida” unos años más tarde.
Akira Kurosawa
Kurosawa estudió para ser pintor. Tenía una relación muy cercana con su hermano mayor, Heigo, con el que trabajó como narrador para películas mudas, y el cual le ayudó a estrechar su amor por el cine y la actuación. Cuando un nuevo estudio (el cuál más tarde sería el famoso Toho Studio) estaba buscando un asistente de director en los años 30, Kurosawa aprovechó la oportunidad. El director Kajirô Yamamoto, que había hecho unas cuantas películas de guerra, se convirtió en su mentor. En 1943, Kurosawa hizo su debut en la dirección, y a partir de ahí fue construyendo su reputación y ganando libertad creativa.
Stanley Kubrick
Sabio más allá de su edad y con una aptitud por los hobbies intelectuales como el ajedrez, Stanley Kubrick no encontraba motivación siendo un joven estudiante. Después de recibir una cámara cuando cumplió 13 años, su pasión por aprender se estimuló, y empezó a estudiar por si mismo fotografía y los principios básicos del cine. El director de 2001 discutió su aprendizaje al empezar en Hollywood en una entrevista de 1969:
“Después de dejar “Look” en 1950, donde fui fotografo durante cinco años desde que dejé el instituto, eché suerte con las películas e hice dos documentales: “Day of the fight” que iba sobre el luchador Walter Cartier, y “The flying Padre”, una cosa muy loca sobre un cura del Sur que voló a su aislada parroquia en un pequeño aeroplano. Trabaje en todos los aspectos de esas películas, y también lo hice en lo que serían mis dos primeras películas: “Fear and Desire” y “Killer’s Kiss”. Era cámara, director, editor, asistente de editor, hacía los efectos de sonido. Cualquier oficio, lo hice. Y fue una experiencia que no tuvo precio, porque al estar forzado a hacerlo todo por mi mismo, obtuve un profundo y completo conocimiento de todos los aspectos técnicos de hacer cine”.
John Waters
Empezó a estudiar en la Universidad de Nueva York, pero no pasó allí mucho tiempo. “Estuve allí cinco minutos. No sé en lo que estaba pensando”, dijo una vez. “Fui a una clase y no paraban de hablar de “El acorazado Potemkin” y no era eso de lo que yo quería hablar. Había visto recientemente, “Olga’s House of Shame”. Eso era lo que me gustaba”. Reiteró esta opinión en una entrevista con Bomb:
“Nunca fui a la escuela de cine. No sabía que hacer. No sabía como encender la cámara, ya sabes, básicamente. De alguna manera, mi incompetencia ha acabado en el año 2004, en el mundo del arte contemporáneo”.
Cuando le preguntaron si alguna vez enseñaría en una escuela de cine, Waters dijo:
“Bueno, enseño en prisión... no, no tengo deseos de darle clases a gente normal, pero me gusta mucho tener como estudiantes a asesinos. Son mi mejor público”.
Miranda July
July pasó su juventud creando arte, publicando en magazines o escribiendo para prisioneros. Fue a la Universidad de California en Santa Cruz y estuvo allí durante un año, pero lo dejó para centrarse en su pasión. “Para mi, la universidad me estaba alejando de empezar. Nunca he sido académica. Lucho contra todas las convenciones hasta que me son útiles", explicó. Su primera película, "Tú, yo y todos los demás" se estrenó después de ganarse un hueco en el workshop de Sundance.