"Timbuktú" memorable África

Fuente: Joan Sala (filmin)

Sorprendió a propios y extraños cuando se proyectó en el pasado Festival de Cannes, aunque ya no tanto cuando resultó nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjero o cuando arrasó en los recientes Premios César. "Timbuktu", mañana viernes 5 de enero  estreno en nuestro catálogo,  es un film imprescindible para los tiempos que corren, que demuestra el potencial del cine africano a manos Abderrahmane Sissako. 

¿De qué va?

Silencio en Timbuktu. Las puertas están cerradas y las calles desiertas. No se escucha música, no se juega fútbol, nadie fuma. No se ven colores, nadie ríe, las mujeres son sólo sombras. Los extremistas religiosos han sembrado el terror. Lejos del caos, en las dunas Kidane lleva una vida tranquila con su esposa, su hija e Issan, su perro pastor. Pero su tranquilidad durará poco. Tras matar accidentalmente a Amadou, un pescador que atacó a su vaca preferida, Kidane debe enfrentar la justicia de los nuevos dirigentes que se oponen a un islam abierto y tolerante. Ante la humillación y los actos de esos personajes multifacéticos, Timbuktu cuenta el combate silencioso y digno de hombres y mujeres, y el futuro incierto de los niños…

¿Quién está detrás?

El mauritano Abderrahmane Sissako es uno de los principales referentes del cine africano contemporáneo. Con la excelente y sólida "Bamako" (2006), su película más internacional y mundialmente reconocida, resultó ser nominado al Premio César a Mejor Actriz. Sin embargo, cuatro años antes ya fue puesto en el mapa por el Festival de Cannes con "Heremakono" (2002), galardonada con el Premio FIPRESCI tras concursar en Un Certain Regard. Con "Timbuktu", Sessako subió de categoría y concursó en toda una Sección Oficial. Bien lo mereció, así como su nominación al Oscar, hecho que le dará la visibilidad que merece. 

¿Quién sale?

En su reparto destacan los nombres de Abel Jafri e Hichem Yacoubi, habituales del cine francés cuyos rostros hemos visto aparecer en títulos de primer nivel como "Un profeta".

¿Qué es?

Cine de contenido y temática intrínsicamente africana (e islámica), pero rodado a la Europea. "Timbuktu" guarda referencias directas al cine francés, al neorrealismo italiano o incluso a "Four Lions".

¿Qué ofrece?

Sustentada en sus mútliples picos de grandeza, Sissako tiene la valentía de articular la denuncia partiendo de un laudable conocimiento del medio y gran fortaleza estética, atisbando una capacidad única de plasmar el realismo sustentándose en una sobrecogedora poesía, pero también un humor sorprendentemente esquinado que coquetea con lo delirante y absurdo. No en vano su ironía, arriesgada e inteligente, evoca la comedia deadpan escandinava o incluso la corrosiva "Four Lions". Estimulante contraste el suyo, plasmado de forma puntual en un partido de fútbol que unos niños disputan sin balón (fue uno de los momentazos de Cannes 2014), un islamista que fuma a escondidas y que es incapaz de hablar correctamente el árabe, o una apabullante panorámica de un estanque (no dorado) que incluso recuerda a "El Desconocido del Lago". Son tan solo tres significativos retazos, tres inolvidables momentazos que vislumbran su poderío. Y es que, el neorrealismo italiano o la nouvelle vague (principalmente Truffaut y sus "400 golpes") son otras de las ilustres referencias que Sissako tiene presentes.

Lo que "Timbuktu" retrata (o más bien poetiza) es una bella flor que marchita. Un pueblo pobre de dinero, pero rico en 'color' y alegría que es sumido en la ruina. Es su alma y corazón, aquello que el fundamentalismo ideológico le arrebata y que "Timbuktú" plasma sin atisbo de condescendencia ni efectismo alguno. Su principal arma es la opulencia artística, y en el mejor de los sentidos. Aquella que conciencia tanto como epata. Difícil misión la suya, que para mi sorpresa y alegría resulta cumplida. Dijimos que daría que hablar, y su nominación al Oscar a Mejor Película Extranjera así lo constanta. Imprescindible. 

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