Crónica Sevilla 2014: "Sueñan los Androides" Benidorm Runner
Es otra de las estimables facetas con las que cada año cumple rigurosamente el SEFF. La de brindar su merecido protagonismo al cine nacional más incipiente, radical y arriesgado. Si bien podríamos señalar las películas nacionales que cada año estrena San Sebastián como la puesta de largo de las principales favoritas a los Premios Goya, en el caso de Sevilla se despliega la alfombra roja para aquellas obras creativamente más vanguardistas y descaradas que a pesar de no optar a grandes galardones, si atisban un luminoso futuro a nuestro cine, un futuro Goya.
Una utopía que por descabellada que suene viendo como está hoy el panorama, puede hacerse realidad gracias que también "Sueñan los Androides" en España. Y lo hacen desde un inhospito Benidrom en temporada baja. Sobran las palabras.
¿De qué va?
Una ciudad que bien podría ser Marte, otra dimensión, la tierra tras el apocalipsis o incluso Benidorm. Un robótico hombre armado, una joven pareja y su bebé, un hombre gay, una oveja y variopintos personajes locales se barajan en un film inenarrable que es a la vez cine negro, esperpento español, comedia surreal, diario y distopia desencajada.
¿Quién está detrás?
Ion de Sosa estrena su segundo film cinco años despúes de irrumpir con el sorprendente y revelador diario confesional "True Love". Sustentado en la producción de Luis López Carrasco ("El Futuro"), el guión de Chema García Ibarra (uno de los cortometrajistas más importantes de la historia reciente del cine español y hasta día de hoy, junto a Velasco Broca, el único cineasta que se atreve a experimentar con la ciencia ficción en España), el realizador vasco afincado en Berlín sale de su caparazón para abrirse al universo entero desde su peculiar y distintiva mirada.
¿Qué es?
Podría presentarse como un "Blade Runner" pasado por el tamiz de Jonas Mekas y Ulrich Seidl. También como la secuela no reconocida de "El Futuro" de Luis López Carrasco.
¿Qué ofrece?
La muestra de ciencia ficción más particular, peculiar y bizarrra que probablemente nos haya brindado el cine, no solo español, también europeo, de la historia reciente. Sustentada sobre los mismos mimbres de "El Futuro" de Luis López Carrasco, Ion de Sosa da continuidad a su forma (rodada en 16 mm, plasmada en 4:3 y con mucho grano) y discurso (España no va bien), anteponiendo en este caso el existencialismo y la nostalgia que puede producir la actualidad, a la crítica feroz contra el sistema social y político que reina en nuestra hastiada España (que aunque también la tenga, en este caso emerge en un segundo plano).
Si por algo destaca "Sueñan los Androides", además de por sus poderosos y arrobadores skylines de una inhóspita Benidrom, es por su capacidad para extraer distopía y ciencia ficción de lo que tenemos delante y vemos hoy. Es decir, para que imaginar y derrochar cantidades ingentes de presupuesto en plasmar un distópico futuro si ya se atisba a día de hoy. Es lo que debió pensar de Sosa girando la mirada hacia su ¿amada? Benidorm (puede tomarse como una carta de amor hacia la ciudad alicantina tanto como todo lo contrario). Y es así como empieza a gestarse una muestra ejemplar de cine low cost, una peli de NO género que prácticamente mezcla todos los géneros (desde sci-fi a cine negro pasando por la comedia surreal y el drama social) mostrando una innata capacidad para reflexionar en un mismo tiempo sobre el pasado (es cuando entra en escena el material de archivo familiar del propio director en el que tienen cabida incluso sus padres), presente (calles vacías, edificios desolados, personajes alienados y solitarios) y futuro (la definitiva deshumanización) desde un registro que incluso admite el sonido de la copla además de los asesinatos en serie. Sueñan los androides, y tal y como lo atisbó el mismísimo Philip K. Dick, lo hacen con ovejas. Ovejas que directamente nos llevan al perrete de Godard. No es casualidad, no tan lejos de la realidad. Dará que hablar.