Crónica Berlinale 2014: "Boyhood" la obra magna de Richard Linklater
Y lo es, no precisamente por significar su mejor película (que para muchos, probablemente también lo sea), ni por ser la mejor coming of age movie de la historia del cine (que tranquilamente podría serlo), ni por ser una obra maestra (que no es el caso), ni tampoco por resultar una propuesta cinética única e insólita en los más de 100 años de historia que tiene el cine (afirmación que hoy confirmamos). Más bien, por ser aquella obra que abarca, destila y concentra de forma inconfundíblemente intrínseca, la esencia y el principal germen del cine de Richard Linklater: el inexorable paso del tiempo, como éste nos afecta en la vida, y la experiencia iniciática e inevitablemente transformadora que ello supone partiendo desde la infancia y la adolescencia.
¿De qué va?
La recién estrenada “Antes del anochecer” no es la última colaboración entre Richard Linklater y Ethan Hawke. Desde hace doce años llevan preparando "Boyhood", un proyecto con el que seguir buscando respuestas universales, en este caso el paso del tiempo. Tal y como lo define el actor se trata de un “timelapse de la naturaleza humana” formado por unos cortometrajes que se han ido realizando en torno a la figura de Mason, un niño en su crecimiento desde los 6 a los 18 años.
¿Quién está detrás?
Linklater es un director que nos tiene acostumbrados a utilizar el cine para encontrar las respuestas definitivas a las grandes cuestiones de la humanidad. Desde la reflexión más existencial en “Slacker”, pasando por la fragilidad de la amistad en “Tape”, la crítica más social en “Fast Food Nation”, hasta la gran respuesta al amor en la trilogía “Antes del amanecer”, “Antes del atardecer” o “Antes del anochecer”. En este caso, "Boyhood" significa la obra magna de Richard Linklater.
¿Quién sale?
Ethan Hawke ha colaborado estrechamente con el director, tanto en la trilogía como en “Tape” y siempre se ha mostrado como un actor comprometido, y sobre todo apasionado. Las películas en las que participa son escogidas con mimo y es por ello que cuando habla de ellas se le nota tan enamorado de la misma como el propio director. Ethan Hawke representa al padre, la exmujer en la película será Patricia Arquette y el niño, su particular Antoine Donel, es Ellar Coltrane. Él es, con permiso de su hermana (estupenda Lorelei Linklater, hija del propio director), la auténtica estrella de la función.
¿Qué es?
La serie "Up" de Michael Apted o Antoine Doinel, son las únicas referencias posibles que se me ocurren, pero ni tan atractiva fórmula haría justicia a la proyeccion de tan insólita experiencia que supone "Boyhood".
¿Qué ofrece?
"Boyhood" hoy nos ha confirmado lo que ya esperábamos. Estamos ante la obra magna del director de "Antes del anochecer", y ante un más que probable Oso de Oro ("71" es la única razón posible de que así no sea). Lo nuevo de Richard Linklater es una de esas películas que de por si solas, dan sentido a un festival. Trabajando con fines análogos, aletargando el tiempo en su cine a lo largo de los 18 años que transita su magistral trilogía romántica, o los 12 que dura el proceso de rodaje de su extraordinaria "Boyhood", la suya es una mirada que se aleja de los parámetros a los que se reduce el cine de los tres actos, aquella que desprende un halo de su propia experiencia o concepto de vida, confrontando la fisicidad del tiempo con nuestra propia existencia.
Es por ello que son múltiples las veces que los padres de Mason, aquellos que la película encapsula en su propio tiempo (que también lo es el del mundo real) sacan a relucir las sensaciones encontradas de alegría, pero también de nostalgia y melancolía, que les produce ver crecer a sus hijos. No en vano, es otra significativa prueba de que el timelapse es junto a la muerte, el único factor inevitable que yace en el universo humano. Todos ellos, cada uno condicionado por la etapa de vida en que se encuentra, están conectados por la búsqueda del significado de nuestra propia existencia en este mundo. Hecho que el director tejano plasma y refleja capturando diferentes momentos de la experiencia vital de sus protagonistas de forma completamente fluída y conmovedora. Razones que de per sé, provocan que estemos ante un obra tan brillante y maravillosa como emocionante y arrebatadora, en la que tienen cabida diálogos tan estimulantes como deshinibidos (de hecho, son tan libres que parecen improvisados) que debaten acerca de temas tan diversos y lejanos como pueden ser los videojugos, las mujeres, o incluso los mapaches. Todo ello envuelto en una vibrante banda sonora (que va desde el Yellow de Coldplay a los Suburbs de Arcade Fire, pasando incluso por Outkast), un empleo absolutamente sutil y magistral de las elipsis, y por supuesto, sin obviar las pullas hacia el gobierno de Bush o esa cachonda relexión sobre las nuevas tecnologías y la alienación que ha sufrido nuestra forma de comunicación, y que de hecho, ya se modelaba en "Antes del anochecer".
Son tres horas las que dura "Boyhood" y son tres también, las horas que me he pasado con los pelos de punta. Es por ello que no tengo la más mínima duda de haber vivido una experiencia cinemática tan humanamente real, como única, insólita y definitivamente especial. Lo nuevo de Linklater es cine, y ante todo vida, en estado puro.