Crónica Atlàntida Film Fest 2020: “Adoration” los pequeños salvajes
Uno de los talentos más eminentes yreconocidos del cine belga aterriza en la edición online del Atlántida Film Fest 2020. Fabrice du Welz encara con otro enfoque su marcada propuestagenérica en “Adoration”, un romance en fuga entre dos niños. Su magia ynaturalismo cautivaron en el Festival de Sitges.
¿De qué va?
Paul vive con su madre en una clínica psiquiátrica, donde ellatrabaja como enfermera. Pasa los días jugando en el bosque y cuidando pájarosheridos. Un día conoce a Gloria, una joven paciente recién llegada al hospital,y decide huir con ella.
¿Quién está detrás?
Fabrice du Welz regresa a los bosques de las Ardenas, dondefilmó "Calvaire" y "Alleluia", para relatar una odiseajuvenil de libertad, amor y locura, donde las emociones son tan puras queduelen.
¿Quién sale?
Unos jovencísimos Thomas Gioria (“Custodia Compartida”) y Fantine Harduin (“Happy End”) brillan como los inseparables Pauly Gloria, pareja destinada a ocupar un lugar privilegiado en el subgénero del“romance en fuga”.
¿Qué es?
Desde el naturalismo poético y el amor romántico,“Adoration” es un hechizante cuento de terror rodado en 16mm.
¿Qué ofrece?
Parece ayer cuando Fabrice Du Welz, el enfantterrible del cine belga, sacudía al mundo entero con “Calvaire”, una escabrosa películade terror suscrita a los cánones del movimiento del “Nuevo Extremismo Francés”,cuna de la que emergieron talentos como Philippe Grandrieux, Pascal Lauguier o AlexandreAja y que a la par sirvió para reafirmar a cineastas experimentados como GasparNoé o Claire Denis. Aun habiendo significado un punto y final para muchos cineastas, esta etiqueta ayudó al belga a medrar dentrodel jugoso campo del cine de género. Trasjugar con el terror moderno de influencias Ripstenianas (“Alleulia”) y tantear la acción más frenética (“Colt 45”, “Message to the King”) con “Adoration” FabriceDu Welz abraza una etapa de plena madurez cinematográfica, sacando a lapalestra elementos formales que han conformado su cadena de ADN -la creación deimágenes lacerantes y profundas, el tono fabulesco…- trasladándolos a cotasdramáticas verdaderamente desarmantes y no vistas hasta ahora. En ese sentido,Du Welz se erige como un heredero precoz del ojo de Malick en “Malas Tierras”,un observador innato de la belleza anamórfica de ese amor pueril que seimpregna y extiende por la suntuosa densidad de los bosques de las Ardenas.Suambivalente narrativa bipolar, toda una declaración de intenciones, terminaapostando por un abrupto y rotundo desenlace, corriendo el riesgo de queresulte insatisfactorio, aunque para entonces el compromiso de De Welz con sus desesperados personajes es ya tan grande e irreprochable, que uno no puede evitar lidiar con sus pulsiones y deseos, aunque estas vayan a contra natura de la lógica del propio relato.