AFF 2018: "Daliborek, el youtuber nazi" la reinvención del pasado

Autor: Helena Oller Fuente: Filmin

Racista, machista, homófobo... Y neonazi. Daliborek es un youtuber con apenas 185 visualizaciones por vídeo, convencido de la necesidad de volver al III Reich. Es cuarentón, soltero y vive con su madre. Una oportunidad de ver la vida cotidiana de este colectivo del odio. 

¿De qué va?

Es un documental sobre el día a día de un nazi contemporáneo. Desde sus comentarios racistas con los compañeros de trabajo, hasta la grabación de sus extravagantes vídeos para Youtube, Daliborek no deja de sorprender. Le acompaña su madre, una mujer más preocupada por su perfil de Facebook que por la ideología de su hijo. Las teorías conspirativas, las opiniones controvertidas y la relación madre-hijo son los elementos clave del humor negro que caracteriza este filme. 

¿Quién está detrás?

El cineasta checo Vít Klusák, quien junto con Filip Remunda ganó relevancia con "Czech Dream" (2004) y posteriormente con "Czech Peace" (2010). Sus proyectos suelen hallarse entre la ficción y el documental, con una apariencia próxima al reality-show. Este último proyecto lo ha dirigido solo y con Remunda de productor. Daliborek, el youtuber nazi estuvo en la sección oficial de DOCS Barcelona 2018. 

¿Quién sale?

Klusák escogió a Daliborek porque es un nazi sensible, con inquietudes artísticas: compone canciones, graba vídeos y pinta. Su carácter infantil, junto con sus constantes teorías conspirativas despiertan en el espectador compasión y risa. También aparece Vera, la madre de Daliborek, obsesionada con Facebook y su nuevo novio, pero que sigue preparándole la comida y alimentando su actitud.  

¿Qué es?

"Amercian History X" (Tony Kaye, 1998) + "Los Simpsons" (Mat Groening, 1989). También se parece a la galardonada "The Act of Killing" (Joshua Oppenheimer, 2012).

¿Qué ofrece?

Marine Le Pen en Francia, Geert Wilders en Holanda o Donald Trump en Estados Unidos. "Daliborek, el youtuber nazi" es la oportunidad de conocer a algunos de los miles de votantes que han provocado el aumento de la ultraderecha. De clase baja, ignorante y cobarde, Daliborek es el prototipo de hombre inadaptado con un miedo patológico a no encajar. El odio le permite formar parte de un grupo y huir de la soledad de su PlayStation. Klusák no tiene miedo a mostrar a Daliborek y su ideología en su máximo esplendor. Juega con eso y utiliza el humor para desarmar las ideas surrealistas del protagonista: que en el siglo XXI un hombre nacido dos generaciones después del III Reich diga que los campos de concentración tenían piscinas o que les cortaban el pelo para que no cogieran piojos, da risa. Así, el humor se convierte en una arma contra los efectos de la posverdad y la falta de espíritu crítico de la sociedad contemporánea. 

El director ofrece un retrato completo de su protagonista. No solo busca la risa del espectador, sino que también ofrece una radiografía completa de la personaldiad de Daliborek. Por un lado, es un racista que manifiesta sus ganas de exterminar a los gitanos, y por el otro, muestra un comportamiento infantil y naif que acaba por enternecer al espectador. Lejos de ser malvado, solo es un marginado social con miedo constante a ser rechazado.  Daliborek es un reflejo de los que votaron a Hitler en su momento y de los que ahora votan a Trump. Klusák hace una reflexión indispensable sobre la necesidad de ser crítico en el mundo de la posverdad y nos recuerda, una vez más, la importancia de no olvidar el pasado.


 

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