AFF 2017: "Malgré la nuit" el cine como experiencia
Es para todo aquel que opine que el cine no es únicamente construir planos y contar historias, una película imperdible. Definido como "un filme lyncheano acerca de la pérdida y los celos", la visceral y primitiva "Malgré la nuit", película extrema donde las haya que ponemos a vuestro alcane en la presente edición del Atlántida Film Fest es, ante todo, una historia de amor y obsesión anclada en la pornografía extrema tanto como en la música embaucadora y por supuesto, en un París onírico o más bien, pesadillesco. El cine como experiencia, nunca mejor dicho.
¿De qué va?
Lenz regresa a París para buscar a su amada Madeleine, pero sólo encuentra relaciones condenadas y un submundo macabro y pornográfico del que no hallará escapatoria.
¿Quién está detrás?
Con tan sólo tres largometrajes (ahora cuatro) y un cortometraje a sus espaldas, la filmografía de este portentoso cineasta francés es ya una referencia para entender las derivas más radicales del cine narrativo de nuestros días. Sus películas, de una intensidad difícilmente comparable, se traducen en absorbentes experiencias físicas tanto como emocionales que indagan en la violencia sobre los cuerpos y sobre la mirada, hasta alcanzar una rara, violenta pero magnética cualidad abstracta. Sus tres películas narrativas rodadas hasta la fecha ("Sombre", "La Vie Nouvelle" y "Un Lac"), se bastan para encumbrar la ¿experimental? filmografía de Philippe Grandrieux entre lo más granado de la flora cinematográfica europea.
¿Quién sale?
Destacar que tras la desaparición del inestable Pete Doherty, llegó al rodaje el músico Kristian Marr. Sin embargo, el protagonismo es en este caso para la griega, musa de Yorgos Lanthimos, Ariane Labed.
¿Qué es?
La película más lynchiana de Philippe Grandrieux
¿Qué ofrece?
Si por algo se distinguen las películas de Philippe Grandrieux es por anteponer la experiencia física al simple relato lineal de una historia. Su cine está iluminado por otro sol. Un sol que utiliza para transmitir su experiencia personal del mundo utilizando otros medios para contarlo. Lo importante no es el tema, sino el estilo, y es precisamente a través del estilo que sus películas logran profundizar en lo más hondo del lado oscuro del alma. Es el caso de sus tres anteriores ficciones, también el de la sobrecogedora "Malgré la nuti", a pesar de que sin duda alguna significa asimismo su película más narrativa. Y al igual que el resto de su obra, su nuevo film tiene el mismo trasfondo, el de las relaciones de amor imposibles, así como la pulsión humana un mismo significado, y esté es de todo menos civilizado. Esta dimensión no civilizada es la que marca el camino al arte de su cine y la que centra su concepto narrativo. El hombre retratado con carácter tan brutal como sórdido, despojado de toda influencia social y sumergido en lo más profundo de su instinto salvaje. El que habita, un inframundo completamente despojado de la razón y el sentido, aquel que precisamente solo vive en los sueños. Y en este sentido, "Malgré la nuit" no iba a ser menos. A pesar del síndrome obsesivo por el que la totalidad de sus personajes son sacudidos, no se trata de incidir en su psicología tanto como en la relación de la cámara con sus protagonistas. Su omnipresente objetivo pasa por el cuerpo, no por la mente, y en este aspecto, todo hombre, por muy diferente que sea psicológicamente, lo presenta compuesto de la misma materia, una materia que en el aspecto físico se muestra tremendamente sinuosa y oscura levitando sobre un París lóbrego y siniestro. Un contexto que no solo cumple como decorado, sino que más bien es el gran protagonista. La relación que se da entre ambos, su paisaje mental, es la verdadera esencia de una obra a camino entre el carácter experimental y narrativo. Una suerte de performance cinemática de apabullante calado artístico cuya luz, ante todo personal e introspectiva, transmite sensaciones que nos llevan a la abstracción alejándonos por completo de la realidad. El cine como experiencia, nunca mejor dicho.