AFF 2014: "Is the man who is tall happy?" Chomsky por Gondry es una erudita diatraba
Hemos tenido el honor de estrenar en España en exclusiva en filmin, antes de su estreno mundial, la película que conmocionó el Festival de Berlín. La última creación del Ganador del Oscar por "Olvídate de mí" protagonizada por Noam Chomsky. "Is the man who is tall happy?" nos demuestra que no solo el pensador, también el realizador, es genio en estado puro, y en este caso crudo. El Atlántida Film Fest da buena fe de ello.
¿De qué va?
Concebida a lo largo de cuatro años y a partir de una entrevista de vertiente mucho más científica y cognitiva que financiera o política, Michel Gondry 'anima' a Noam Chomsky para encontrar respuesta a todo aquello que nunca nos preguntamos mediante “el pensador más grande con vida”.
¿Quién está detrás?
En plena fase de montaje de "The Green Hornet", Michel Gondry 'se desahoga' con Noam Chomsky. Todo es cuestión de buscar (y encontrar) el equilibrio.
¿Quién sale?
Lingüista, filósofo y activista estadounidense, señalado por el New York Times como "el más importante de los pensadores contemporáneos" Noam Chomsky es una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX. Reconocido por su activismo político, caracterizado por una fuerte crítica del capitalismo contemporáneo y de la política exterior de los Estados Unidos, él mismo se define como un anarquista o socialista libertario. Sin embargo, esta faceta no es lo que a Gondry le interesa tanto como si 'le pica' su contribución al establecimiento de las ciencias cognitivas.
¿Qué es?
Una reveladora orfebrería animada que Michel Gondry dedica a una de las mentes más maravillosas de nuestros tiempos.
¿Qué ofrece?
Genialidad creativa en estado puro. El distintivo enfoque animado de Gondry aporta ligereza y agilidad sobre un contexto intelectualmente exigente y farragoso. "Is the man who is tall happy?" es una delicia visual que resulta filosóficamente tan fascinante (y definitivamente inabarcable) como estimulantemente divertida y genuinamente persuasiva. El suyo es un discurso extremo y profundo, que engancha y cautiva, impulsado por ese torrente de fantasía manualmente animada que tanto y tan bien, distingue los propios vídeos musicales del realizador francés. La infancia rebelde de Chomsky, la conexión que yace entre la apropriación del lenguaje y la creación de la memoria, o su fascinación por la teoría de Isaac Newton que rehusa el comportamiento mecánico del ser humano, son solo leves pinceladas que un servidor os puede rescatar (y tirando de chuleta) de semejante homila creativa. Ni tan siquiera un segundo visionado sería suficiente. Quizá con el cuarto o el quinto, o por que no, el décimo, podríamos soñar con abarcar tan erudita diatraba. Es lo de menos, en lo nuevo de Gondry lo ininteligible se torna en estímulo gracias a las fútil y jocosa animación surrealista que lo envuelve y dinamiza. De hecho, son imágenes ingénuas pero igualmente arrebatadoras, que están mucho más enfocadas a la abstracción y la fuga, que a la mera ilustración explicativa. Y quizás sea esta su principal baza, aunque no su único recurso. La autoconsciencia, el metalenguaje y el saber reirse de uno mismo, son también algunos de los excitantes ases que Gondry se guarda bajo la manga para divertir, entretener, y definitivamente cautivar, con tan complejo e ingenioso discurso. Lo dicho, genio en estado puro, y crudo.