15 claves que quizá no conozcas sobre Miguel Picazo

Autor: Javier Acevedo Fuente: Filmin

Para el cine español, una de sus voces más personales y carismática. Para el espectador, un autor innato, narrador de vestigios sociales y costumbrismo fatalista de la España de la mirada vendada. Miguel Picazo fue, es y será uno de los directores que moldearon la historia cinematográfica de nuestro país. Suyo es uno de los debuts más desgarradoramente únicos y auténtica obra maestra del cine español, "La tía Tula" y suyo es también el documental, "Miguel Picazo, un cineasta extramuros", donde su gran figura se vindica y contrasta con el poso de humildad que dejó en quienes le conocieron. 

En Filmin rendimos homenaje con ambas piezas al genio de Cazorla, cuya breve filmografía y genio inagotable serviría de horma para los creadores de sueños que le sucederían. Desde Unamuno y Borges, encontrándose con Camus, Saura, Erice, Bardem o Patino e inspirando a Trueba o Amenábar.  En Filmin recordamos a Miguel Picazo a través de 15 curiosidades que os desgranarán a un genio propulsor de un cine patrio donde la mirada crítica alentaba a un espectador amordazado.

1. MAESTRO DE LA ADAPTACIÓN

Miguel Picazo siempre mostró un talento indómito para traducir en imágenes la conciencia y y psicología de los escritos de Unamuno en "La tía Tula", del propio Borges, Carmen Martín Gaite, Valle-Inclán o incluso de Cervantes. Para un guionista metódico y detallista como él, la adaptación surgía de la necesidad del espectador de hacer suya la obra del autor. Como decía el propio Unamuno, "la obra conclusa deja de pertenecer al autor para pasar al lector".

2. SHOWRUNNER ADELANTADO

Hoy en día la ficción televisiva inunda nuestras pantallas y ya nadie duda de que genios como David Simon, Matthew Weiner, Jill Solloway o David Chase son equiparables a los orfebres del celuloide más reputados. Algunos olvidan que mucho antes Televisión Española fue el nido de una producción televisiva sin parangón por su calidad e innovación, antes incluso de convertirse en un anillo de poder para el político con complejo de Sauron de turno. Así, Estudio 1 o Estudio 3 congregaron a genios como Pilar Miró o Narciso Ibáñez Serrador, y Miguel Picazo encontró en los dramáticos televisivos un reducto donde adaptar brillantes páginas de nuestra literatura y olvidarse de sus sinsabores en el mundo del cine.

3. UN ACTOR DE ALTURA

Miguel Picazo lo hizo casi todo salvo compartir cañas con Franco. Director, guionista, profesor y también actor cuya imponente presencia y genio se paseaban ante la cámara cual Orson Welles patrio. Erice en "El espíritu de la colmena" o Amenábar en "Tesis" son algunos de los grandes talentos cinéfilos que vieron en él a un personaje digno de deambular por sus historias.

4. GENIO POCO PROLÍFICO

Una seña que sirve para elucidar el calado de Picazo en el cine español es que pese a su escueta obra, cinco largometrajes más su bagaje televisivo, es una de las figuras más admiradas de nuestra cinematografía gracias a un debut excelso y a una pasión sin límites por su profesión que le llevó a impartir clases por petición del propio Berlanga y a no desistir frente a la censura que coartaba cualquier futuro proyecto.


5. LA MIRADA FEMENINA

Hoy en día nadie duda de la necesidad imperiosa de incrementar la  presencia de las mujeres en el cine en todas sus vertientes, desde la faceta creativa hasta un mejor tratamiento de su condición en las historias, con personajes más sólidos y coherentes que vayan más allá de ser catalizadores sexuales o emocionales de un relato masculino. Picazo jamás renegó de ello y apostó por un cine donde la mujer siempre está en el centro."La tía Tula" es un film basado en una obra donde Tula es un ejemplo de personaje femenino complejo. "Los claros motivos del deseo" es una arriesgada propuesta sobre el despertar sexual de un grupo de amigas y "Extramuros" se arriesga con una historia que concilia supervivencia, el deseo y el fervor religioso de dos monjas con una relación sinousamente erótico-mística que bien habría firmado Bergman.

6. COLABORADOR

Miguel Picazo fue un artista transversal capaz de entenderse con directores y creadores de todas generaciones, alzándose como portavoz del Nuevo Cine Español y transmitiendo una herencia de cinefilia responsable y comprometida a nuevos talentos. Así, con Victor Erice firmaría el guion de "Los claros motivos del deseo" y colaboraría con él posteriormente, y Amenábar le concedió ese pequeño papel en "Tesis" después de admitir que la "La tía Tula" dejó un recuerdo indeleble en él.

7. ALTERNATIVA A BARDEM

Bueno, quizá sea mucho decir, pero Picazo además de exigir para su debut a una estrella de la época como Aurora Bautista y de trabajar con Carmen Maura por ser el mal menor en sus propias palabras, también concedió a Pilar Bardem su deseo al otorgar a su retoño de un efímero cameo en "Los claros motivos del deseo".

8. DEBUT ETERNO

Con 36 años firmar "La tía Tula", una obra maestra sobre el dolor, el alma enlutada llorando de soledad y el peso de la España más provinciana y decimonónica tiene mérito. Alzarte con el Premio a Mejor Director del Festival de San Sebastián de ese año y que 50 años después esa película siga siendo un referente absoluto del cine español supone hablar de un debut más glorioso que el de un joven Trump visitando el Kremlin por primera vez. Dicen que el peso de su debut le evitó seguir triunfando, pero desde luego no le impidió volcar todo su talento en su pasión que le llevaría a obtener el Goya Honorífico en 1997 de las manos de la mismísima Tía Tula que le acompañó en sus incicios: Aurora Bautista.


9. FEMINISMO Y CENSURA

Miguel Picazo se topó con la censura en no pocas ocasiones, lo cual marcaría a la postre su producción cinematográfica hasta el punto de relegarle a un plano más marginal y apartado de la financiación dado que nunca renunció a un marcado carácter autoral. Feminista, comprometido con la sociedad de su tiempo y crítico, sus historias dibujan la senda del perdedor, y la mujer era central en ellas "porque en mis historias soy un solidario con los perdedores, y la mujer ha sido una perdedora y marginada". "La tía Tula" sufrió ocho cortes, otro film de Picazo, "Jimena" no pasó el corte de la censura y "Los claros motivos del deseo" fue otra pionera de esa nueva España del mismo modo que su debut fue pionero en la denuncia de la sociedad de la postguerra.

10. STORYBOARD, ¿QUÉ ES ESO?

Generalmente, una etapa frecuente en la concepción de un film es la plasmación del guion literario en un sotryboard que aporte una visualización preliminar y dé cuenta de una posible planificación escenográfica. Pero pese a ganarse la vida en sus inicios vendiendo sus pinturas al óleo, Picazo no recurría al storyboard ni hacía de él una pieza de artesanía como sí era el caso de Kurosawa, cuya faceta como pintor explicaba la riqueza plástica de su obra y el grado preciosista de sus ilustraciones. El director reconocería que prefería usar un visor, un gran regalo que empleaba para trasladar sus ideas desde el guion y pensar en posibles encuadres y movimientos de cámara.

11. LA ESPINITA

A Miguel Picazo siempre le persiguió la condición de director poco prolífico dadas las dificultades a las que tuvo que hacer frente, principalmente la censura más rampante y la falta de financiación de proyectos cuanto menos personales. Sin embargo, Picazo jamás perdió su amor por el cine y de tener una espinita clavada en su corazón cinéfilo fue la de poder grabar una película o ambientar una historia en su Cazorla natal. La misma que le vio nacer, que vio cómo sus padres se separaban. Ella, secretaria de Acción Popular, y él, en la UGT, una relación complicada de la que un joven Miguel intentó escapar siendo niño y hallando finalmente consuelo en el cine que él mismo narraba a sus vecinos de butaca leyendo los subtítulos de la pantalla. Historias que a buen seguro Picazo habría querido plasmar.

12. BOND IN LA MANCHA

Timothy Dalton y Miguel Picazo compartirían confesiones, visitas a manicomios y jornadas de intenso calor para preparar el rodaje de "El hombre que supo amar". Aunque el título sea digno de una nueva entrega del agente con más flema humorística del mundo, en realidad se trata de la historia del film en el que un pobre hombre devoto al que toman por loco cuando intenta ayudar a los necesitados en la Granada de 1539. El actor británico tenía por aquel entonces peor fama que los bikinis en Benidorm, pero parece que ambos se llevaron a las mil maravillas e incluso Dalton le dio lecciones de interpretación a Picazo.

13. OSCAR MORAL

"La tía Tula" fue un éxito de crítica y los años la han consolidado como un clásico de nuestro cine pese a no contar con el respaldo inicial de público. Llegó a distribuirse en Estados Unidos, y el distribuidor americano decidió presentarla a la Academia de Hollywood pese a que no concurriría a los Oscar como candidata española al no ser seleccionada por el Ministerio de Información y Turismo presidido por Manuel Fraga. A la Academia pareció gustarle el film bastante más que a Fraga - o quizá no había vuelto de su baño en Palomares- y le otorgó un diploma conforme la película había sido presentada. Quién sabe si Picazo hubiera podido llevarse el Oscar de aquel año si la censura no le hubiera premiado nuevamente con el ostracismo más absoluto.

14. "JIMENA", EL OTRO CID

Miguel Picazo no aspiraba a que "La tía Tula" fuera su debut más soñado. En colaboración con Mario Camus y por encargo de Marco Ferreri, escribiría el guion de "Jimena", una historia sobre la injerencia imperialista de las órdenes religiosas, el poder de la fe, la lucha de poder y el romance turbulento del Cid con Jimena. Atrevida, desmitificadora y obscura, esta versión del mito del Campeador se oponía al relato hagiográfico de la industria americana, y por ello causó el pánico entre los productores, que decidieron no llevar a cabo el proyecto. Otro guion que Picazo no pudo llevar a buen puerto, junto a otros 30 inéditos que jamás verían la luz.

15. PICAZO Y EL NUEVO CINE ESPAÑOL

Las Conversaciones de Salamanca de 1955 fueron un hito en la historia del cine español. Organizadas por Basilio Martín Patino, propugnarían una nueva visión de la cinematografía patria al proponer una filosofía creativa basada en el realismo humanista, un cine apegado a la realidad que describía. Figuras como el propio Patino, Berlanga, Bardem, Fernán Gómez, Camus, Saura, Lázaro Carreter, Heredia y otros muchos criticarían el estado de la cuestión del cine español, lastrado por la censura y la necesidad de contentar al régimen. Carlos Saura, dirigiendo el Instituto del Cine, propugnaría y secundaria a una generación de cineastas que revitalizarían y darían lustre a la cinematografía española, siendo quizá uno de los autores más destacados el propio Miguel Picazo con "La tía Tula", al cual seguiría el propio Saura con "La caza" o Patino con "Nueve cartas a Berta", inaugurando una etapa dorada en la historia cinéfila patria. 


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