

Versión Original con Subtítulos
2018
Estreno en España de una de las películas más singulares y sorprendentes de la temporada. Jeff Goldblum y Tye Sheridan le practican una lobotomía a la sociedad estadounidense de los años 50 en esta película de Rick Alverson ("The Comedy"), uno de los cineastas estadounidenses más genuinos e incorruptibles de los últimos años. Una experiencia única, absorbente y al borde de la locura.
En América, 1950, un joven introvertido, tras perder a su madre, decide trabajar con un doctor especializado en terapias y lobotomías. Mientras avanza por el asilo, el joven empieza a sentirse identificado con los pacientes.
Una narración extraña, como en clave onírica que me trajo leves ecos del Paul Thomas Anderson de "The master". En verdad, si no la he entendido mal, la película es acerca de la superación de un duelo y del complejo de Edipo de su protagonista. El lenguaje cienmatográfico de Alverson se ha sofisticado notablemente respecto a "The Comedy" y por eso es capaz de crear esas atmósferas e imprimir un tono sugestivo a lo largo de la historia. No es desde luego una historia arrolladora pero sorprende y agrada.
17 agosto 2019No se entiende nada. Cada escena y cada diágolo no sé que pretende explicar. No he conseguido ver qué pretende explicar la película de ninguna forma. La fotografía y la interpretación es excelente.
07 agosto 2019El mutismo del loco presentado por lo imponente que puede llegar a ser una montaña. Un juego de símbolos que se van rompiendo y regenerando constantemente. Un Goldblum tremendo, un Sheridan magnífico y un Lavant excéntrico. Uno de los ejercicios más interesantes que he visto en mucho tiempo.
04 agosto 2019Posiblemente lo que más me ha gustado de la película ha sido el cuidado en la paleta de colores y en los planos. Creo que la historia se cuenta de forma excesivamente lenta y que apenas sí consigue rematar de forma suficiente muchos de los problemas que se van tocando a lo largo de la película. Aunque tampoco estoy seguro de haberme enterado de todo porque, sinceramente, en ocasiones se me hacía tan aburrida que me costaba prestarle atención.
03 agosto 2019Desde la estética de E. Hopper, mira y concreta su mirada sobre esa pasión humana enraizada en los genes de muchos, "uniformizarnos a todos". Provoca preguntas y comparaciones. ¿Cuánto y cómo hemos cambiado, de haberlo hecho, esa pasión enloquecedora?
La he leído catalogada como surrealista y comparada o metida en el mismo grupo que "Magnolia"; de ningún modo es surrealista, ni tiene nada en absoluto que ver con la maravillosa Magnolia de Paul Thomas Anderson. Es una joya auténtica, un diamante que brilla con luz propia. Seguiré a su director.
El cine debe hurgar en las grietas por donde se desmorona la realidad (y agrandar las grietas para que la realidad se desmorone lo antes posible). Y esta película lo hace. Situada a comienzos de los años cincuenta cuando todavía no se había inventado ningún psico-fármaco, los pacientes mentales eran tratados a base de lobotomías y terapias de choque y/o electroconvulsivas. Se creía, pues, que ciertos desórdenes mentales podían ser curados haciendo que se rompiesen algunas zonas del cerebro en las que el lóbulo frontal se comunica con otras del encéfalo. Es decir, dañando partes de materia blanca del cerebro y de esta forma se sacrificaba una parte de la capacidad intelectual y de la personalidad de cada paciente. Es decir se anulaba totalmente como persona al paciente. Se le anulaba la voluntad y la capacidad de sentir. Todo esto empezó a cambiar cuando en 1953 se descubrió la clorpromazina y el Thorazine, primeros psico-fármacos.
02 agosto 2019Lo que realmente valoro es el tratamiento que se le da al argumento.
Jeff Goldblum está fantástico en cambio Denis Lavant que es tan buen actor, en esta ocasión le encuentro patético.
"La película más devastadora que ha visto este crítico en mucho tiempo."
— Manu Yáñez de Fotogramas
"Una obra surrealista resplandeciente con increíbles actuaciones."
"Una propuesta tan magnética y envolvente como subyugante (...) El laberinto es sencillamente perfecto."
— Luis Martínez de El Mundo