Joaquin Abad
Una puesta en escena sobria y conmovedora junto a unas actuaciones más que solventes hacen de Rosalinda una película fresca y emotiva. Esta arriesgada y acertada actualización de Como gustéis, de Shakespeare, sabe sacar punta al texto original y rimar sus temas con nuestras preocupaciones, siempre con un giño de ironía cómplice con el espectador. Su bellísima fotografía deslumbra con sencillez y elegancia, en concordancia con la naturaleza que nos retrata en sus exteriores. Ramón Luque, que ya nos dio muestra de su buen hacer de director colocando un pedazo de vida antes nuestros ojos con Historias de Lavapiés, cambia ahora de tercio y nos ofrece una inteligente propuesta, un clásico modernizado con maestría, una delicia disfrutable de principio a fin.