

javier rebollo
Imposible dejar de mirar a María, que piensa y siente delante de nosotros. Lo crudo y lo quemado, todo en un mismo plato. La belleza tosca de lo de todos los días, el amor, la envidia, la mezquindad, la generosidad, la entrega y el desprecio... Bellísimo personaje. Tantas películas llenas de familiares que podrían no estar y aquí cada uno tiene su lugar y su necesidad de ser. Una historia verdadera.
22 noviembre 2019