ANTONIO ROMASANTA
Valiente obra teatral con magnífico texto, a veces divertido y otras con gran dosis de dramatismo, que tratan los clichés del ambiente gay que perduran a lo largo del tiempo, por lo que aún la veo bastante actual.
Valiente obra teatral con magnífico texto, a veces divertido y otras con gran dosis de dramatismo, que tratan los clichés del ambiente gay que perduran a lo largo del tiempo, por lo que aún la veo bastante actual.
El guión (aparte de ser una pieza teatral de mucha enjundia) rompió moldes en muchos sentidos. Sí, es verdad, como reprochan muchos, que tira de los peores estereotipos gays; que en ocasiones hay un exceso de histrionismo; que casi todos los personajes parecen crápulas, degenerados, gente de mal vivir. Pero considerémoslo desde otro punto de vista: antes de los 70, los gays en las películas eran maníacos sexuales, asesinos (en "La soga" lo ocultaron, pero era evidente) o algo peor. Aquí, no son más maléficos que tu tía despellejándose con las amigas en una reunión de su club social. A cambio de eso, ofrece un par de epifanías, hablando del derecho a vivir como uno prefiera en el fondo. Y, en varios momentos, ofrece empatía total, envidia por esos tipos que se ríen tanto y tan animadamente bailando juntos. Para ser el año 70, como digo, no es poca cosa.
Posdata: creo que el argumento gana al verlo por segunda vez, contemplas las sucesivas capas y problemáticas expuestas.
Tiene un aroma teatral bien conseguido, y por temática fue una película de gran valentía dirigida por un realizador que nunca rechaza un desafío: William Friedkin. Además tiene un clima de tensión emocional a ratos bastante intenso.
Película gay valiente en su época, pero ha envejecido fatal.
Guión perfecto! Un clásico.
Espectacular! Divertida y con un texto insuperable. Pone de manifiesto la lastra de varios clichés en el universo homosexual que se siguen repitiendo a lo largo de los años. La película es de 1970, hay que tenerlo en cuenta.
Mantiene la magia de una excelente obra de teatro, acercándonos tanto a los personajes que hasta hemos sentido estar en una butaca en primera fila. Demoledora.
Ya no se hacen películas así. Guión, actores, fotografía, puesta en escena del mejor cine de siempre.
Solo puedo decir que me ha gustado mucho, excelente guión y actores. 8
Sorprendente
Única e irrepetible. Un placer verla una y otra vez.
Buena. Real. Guionazo.
Muy buena. Debio ser todo un escándalo en 1970. Cierto que se les va la mano con el histrionismo, como alguien comenta, en algunos momentos
Una sorpresa que me ha enganchado de principio a fin. Una historia de personajes singulares en el plural mundo gay de los años 70, que se enrolan en un juego malvado de culpabilidades, incertidumbres y mucha crueldad. Juega con los estereotipos más tópicos del mundo gay, esos que llegan mucho más fácil a toda la sociedad, dejando de lado la auténtica realidad gay que no todo el mundo ve, porque no se vende tan bien como la pluma.
La película se ha ganado un asiento por derecho propio en el cine de la historia, en el cine gay y es totalmente recomendable.
Algo lenta en algunos momentos, pero con un guión magistral y unas interpretaciones creíbles, aunque histriónicas en algunos casos.
Película de temática gay que abusa de los estereotipos negativos. Interesante lección de la historia del cine: en los USA, en los 70, se podía hacer un film con personajes abiertamente homosexuales si se mostraba que llevaban una mala vida. Unos años más tarde otra película norteamericana pionera intentanba mostrar un triángulo y una hisotria de amor gay. Se trata de "Making Love". Fue un fracaso de taquilla. "Los Chicos de la Banda" es una pelícial para homosexuales que disfruten con el masoquisto moral.
""No camping!" snaps party host Michael (Kenneth Nelson) before admitting an old and presumably heterosexual college pal to the queeny festivities in The Boys in the Band, adapted from Mart Crowley's 1968 stage landmark by the playwright and directed by future blockbuster-maker William Friedkin."
— Bill Weber de Slant Magazine