
Han pasado 37 años...a cuantas representaciones de óperas he asistido desde entonces ?: muchas; y cuantas películas he visto?, muchas mas. Tantas, que lo que me pareció en su día una buena película, hoy día me parece insufrible. Y es que algunos de los grandes directores italianos, y
Bertolucci los es, no han podido resistir la tentación de intentar unir el melodrama musical con la vida real y esto es una misión imposible.
El resultado y da igual que en el intento esté Bertolucci, Visconti, Passolini, etc, es siempre un desastre. El melodrama operístico asienta su vigencia sobre la calidad de la música de compositores como Verdi, Pucini, Wagner y se acaba ahí, por mas que se intente transportar a otro ámbito no hay nada que hacer.
Repito, 36 años después de su primer visionado, uno siente vergüenza propia de haber degustado este con todos los respetos hacia su autor, bodrio infumable.