

Elena Pnzt
Con gran manejo técnico y una espléndida imaginación audiovisual, Fellini realizó una sucesión de episodios y un conjunto de escenas que, a pesar de ser inconexas y reiterativas (sí, en algunos puntos sobran minutos de metraje),son de enorme potencia visual y se imprimen de manera indeleble en el imaginario, perdurando en el tiempo. Cine moral, pero muy alejado del humanismo y de los tonos críticos del neorrealismo, y más bien reflejo de una subjetividad fantasiosa y surrealista. La historia es una peregrinación por la ciudad eterna, por los ambientes más decadentes de la élite de la sociedad italiana de la época. Vemos entonces toda la frivolidad, la decadencia, la mediocridad, el hastío, la perversión, la crueldad y también la infelicidad crónica de esa gente acomodadad y ese mundo "dorado". Una crítica caricatural a la falsa aristocracia con su falta de valores, y a la prensa rosa, carroñera y sin humanidad. Ese plano final cargado de simbolismo queda clavado en el alma.