

pellojoseba
Como diría Hannah Arendt, «el mal no puede ser banal y radical al mismo tiempo. El mal es una realidad extrema, pero nunca radical. Consciente y radical solo puede ser el bien».
Y algo parecido sucedió en el enfrentamiento que mantuvieron Hugh O'Flaherty, diplomático del Vaticano, y el coronel de las SS Herbert Kappler, jefe de las fuerzas de seguridad alemanas en Roma durante la ocupación nazi de la ciudad y responsable de la masacre de las Fosas Ardeatinas.
Las cosas podrían haber acabado de otra manera si Alemania hubiera ganado la II Guerra Mundial, pero eso no hubiera cambiado la valoración de las causas con las que ambos hombres estaban comprometidos: salvar vidas o destruirlas.
Una excelente película que rememora unos hechos reales y en la que Gregory Peck lleva a cabo una interpretación muy verosímil de su personaje.