
Me gustaría compartir el entusiasmo de la gran mayoría por 'Sunrise: A Song of Two Humans', pero con la película de Murnau me pasa como con la gran mayoría del cine mudo: que no logra emocionarme. Sigo sin saber por qué, pero entre los personajes y yo es como si existiera una barrera invisible que hace que me sea imposible identificarme con ellos o sentir algo. Y hablo solo de la parte afectiva porque todo lo que se refiere aquí a la técnica sí que es deslumbrante como el amanecer: la escena del granjero saliendo a hurtadillas al encuentro de su affaire, la proyección de la vida en la ciudad a la luz de la luna, el tranvía o la barca en la tempestad son, desde luego, historia del cine.