“Green Border”: La trampa geopolítica entre Bielorrusia y Polonia
El viernes 4 de octubre se estrenará en Filmin “Green Border”, película que firma la directora polaca tres veces nominada a los Premios Óscar Agnieszka Holland ("Europa, Europa"). Se trata de una historia filmada en un cuidado blanco y negro que se basa en hechos reales sobre la llamada “frontera verde”, los inmensos bosques fronterizos entre Bielorrusia y Polonia que suponen una trampa mortal para los muchos refugiados de Oriente Medio y África que intentan llegar a la Unión Europea. En otoño de 2021, el dictador bielorruso Alexander Lukashenko diseñó una trampa geopolítica para atraer a los refugiados a la frontera con una propaganda que les prometía un paso fácil al paraíso de la UE. La película usa esta crisis como telón de fondo para retratar las vidas de Julia, una activista a su pesar; Jan, un joven guardia de fronteras; y una familia siria.
La directora cuenta cuál fue el detonante que le llevó a contar esta historia: “Mis amigos encontraron un cuerpo en la frontera. Estaba desnudo, había muerto por congelación. Este no fue el primer cuerpo que encontraron, pero fue cuando supe que cuando alguien tiene hipotermia siente como si tuviera fiebre alta y comienza a quitarse la ropa. Y esa imagen, de ese joven muerto de frío aquí en mi país, justo al lado, allí en el bosque donde la gente pasea a sus perros y busca setas, es algo horrible. Frente a esta crisis fabricada por los políticos, debemos adoptar una postura clara: como artistas, como personas, como sociedad y como país”. Pero para Holland, el compromiso político no le viene de nuevas, pues ella fue una de las principales cineastas del movimiento "Kino Moralnego Niepokoju" (1976-1981), el cine de la ansiedad moral, que tuvo lugar durante la crisis del régimen Comunista polaco, junto a Kieślowski o Andrzej Wajda.
Parte del elenco, como Jalal Altawil (Bashir), son refugiados en la vida real. Altawil habla de cómo su experiencia afectó a su interpretación: “Hui de Siria tras el estallido de la revolución en 2011. [...] En 2015 pedí asilo en Francia y, de hecho, recibí la ciudadanía francesa un par de días antes de que comenzara el rodaje de Green Border. [...] El bagaje emocional que llevo, el recuerdo de la salida de mi país, mi experiencia en los campos, todo me ayudó a desempeñar mi papel y pude purgar el dolor expresándolo a través de mi carácter. Tanto para Agnieszka como para mí era muy importante que los personajes fueran reales [...] Mi personaje había soñado con una vida mejor para su familia, o para lo que quedaba de ella. Habían sobrevivido a la guerra, la dictadura, los islamistas radicales y el ISIS. Huyeron para sobrevivir y soñaban con salir del infierno en el que se encontraban”. Sobre lo que la directora añade: “La política y los políticos determinan nuestras vidas, pero lo que más me interesa es cómo sus acciones, elecciones e inacciones se imprimen en las vidas de la gente común y en las elecciones que enfrentan. Por eso tomamos tres perspectivas muy diferentes para contar esta historia: la de una familia de refugiados sirios, la de un joven guardia fronterizo y la de una activista, que lo es a su pesar, una mujer de cincuenta años que no puede evitar responder a los gritos de aquellos que lo necesitan”.
“Green Border” tuvo su estreno mundial en el Festival de Venecia, donde obtuvo 7 galardones, entre los que destaca el Premio Especial del Jurado. La película ha sido reconocida con un total de 18 premios y más de 26 nominaciones en festivales y certámenes de todo el mundo, incluyendo su incursión en las secciones oficiales del Festival de Valladolid y del BCN Film Fest. Tras su paso por cines el pasado mes de junio, la película se estrena en Filmin, exclusiva en plataformas digitales, el próximo 4 de octubre.