AFF 2018: "El Príncipe y el Dybbuk" huida del pasado

Autor: Helena Oller Fuente: Filmin

Pasó a la historia por asistir a Friedrich Murnau durante el rodaje de Nosferatu, por dirigir una película que indignó a Goebbels y por producir el filme más caro de la historia. Aún así, ni sus amigos ni familiares conocieron al verdadero Michal Waszynski"El Píncipe y el Dybbuk" intenta descifrar el juego de máscaras del productor para resolver los enigmas que rodeaban su vida. ¿Quién era Waszynski realmente?

¿De qué va?

El Príncipe y el Dybbuk" es un documental biográfico que pretende descubrir la verdadera identidad del magnánimo Michal Waszynski. A través de metraje de sus películas y de entrevistas con quienes le conocieron, el espectador se cuela en la vida del productor y, sobre todo, en el pasado que se esforzó en esconder.

¿Quién está detrás?

Elwira Niewiera y Piotr Rosolowski son dos directores polacos con una experiencia reconocida en este formato. Rosolowski fue el coautor del corto documental nominado al Oscar al Mejor Documental, “Rabbit à la Berlin”, y Niewiera fue su asistente. En este último proyecto, unen esfuerzos de nuevo como codirectores y hacen una exhaustiva labor de investigación. Este filme obtuvo el Premio al mejor documental en la última edición del Festival de Venecia.

¿Quién sale?

Mose Waks, conocido como Michal Waszynski, es el motor del documental. Un hombre misterioso, con múltiples identidades y un pasado que le persiguió hasta su muerte. Un exiliado, no solamente de su país, sino también de sí mismo. Amigos y familiares intentan hacer su retrato psicológico y biográfico: un camino lleno de sorpresas para los espectadores y los mismos entrevistados. Un camino en el que nos dejo, entre otras, producción de grandes clásicos de la historia del cine como es el caso de "La caída del imperio romano" (1964), "55 días en Pekín" (1963) o "El Cid" (1961). 

¿Qué es?

Nobody’s Business” (Alan Berliner, 1996) + “Peter Finch: Mad As Hell” (Robert de Young, 2011). La exactitud del documental con la poética de la ficción.

¿Qué ofrece?

Cuando Waszynski huyó de su natal Polonia, también dejó su vida atrás. Y él, como una alma en pena, como un dybbuk, vagó por una Europa en guerra. El príncipe, intentando exiliarse de la realidad, se escondió en la ficción: ese universo donde todo es posible. El límite entre ambas dimensiones no estaba definido: algunos lo conocían por ser un aristócrata polaco, pero su familia era pobre. Otros pensaban que era católico, pero tenía orígenes judíos. Y mientras algunos creían que era el feliz marido de una condesa italiana, otros sabían que era un homosexual reprimido. Sus diarios llenos de palabras inciertas eran el único ancla a la verdadera realidad, esa de la que renegaba pero no podía olvidar. Michal Waszynski es el personaje que Mose Waks adquirió el día que abandonó el judaísmo, a su familia y a sus orígenes. Una huida necesaria para poder convertirse en él mismo, pero un hecho traumático que lo persiguió toda su vida. Así quedó plasmado en sus películas, pero especialmente en “Dybbuk” (1937). Waks se identificaba con este ser, ya que él cambiaba de personalidad como el dybbuk de forma, y mientras se repetía: “me va bien no saber quién soy”.



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