Putin se ha establecido como líder indiscutible de una Rusia aparentemente recuperada: la URSS, el espionaje y el encarcelamiento de la oposición forman parte del pasado. Pero las numerosas polémicas que constantemente afectan la política rusa parecen demostrar lo contrario, como el envenenamiento de un ex espía ruso, las medidas contra la comunidad LGTB o el juicio falso de Oleg Sentsov. Es precisamente este último caso el que denuncia el cineasta Askold Kurov.

¿De qué va?

Acusado falsamente de terrorismo, Oleg Sentsov, un cineasta ucraniano opositor de la ocupación rusa en Crimea, es condenado a veinte años de prisión. A través del juicio, de las noticias y de diferentes testimonios, este documental denuncia la (in)justicia rusa. 

¿Quién está detrás?

Askold Kurov, nacido en Uzbekistan, es un cineasta polémico que, como Sentsov, muestra su oposición al gobierno de Putin abiertamente. Con su primer documental, "Children 404" (2014) conmovió a la crítica, que alabó su temeridad al haber dado voz al colectivo LGTB+ en Rusia. Su último documental, "El caso Oleg Sentsov" también ha recibido buenas críticas y ha sido proyectado en el Festival de Berlín. 

¿Quién sale?

Oleg Sentsov es un artista polifacético ucraniano. De muy joven, se inició en la competición profesional de los juegos en línea, convirtiéndose en campeón de Ucrania. Posteriormente se aficionó a la escritura: artículos, novelas y obras de teatro forman parte de su currículum. Finalmente, hizo el salto al cine con la película "Gamer" (2011), fruto de su experiencia en la competición digital. Así ganó relevancia, y cuando Rusia empezó a ocupar Crimea, Sentsov se convirtió en un símbolo del Euromaidán y de la oposición a la anexión rusa. Actualmente está en huelga de hambre indefinida, hasta que el gobierno libere a los presos políticos ucranianos encarcelados en Rusia. 

¿Qué es?

"Citizenfour" (Laura Poitras, 2014) + "1984" (George Orwell, 1949).

¿Qué ofrece?

Últimamente son frecuentes las comparaciones entre la actualidad y las distopías clásicas como "1984" de Orwell, donde el control de la población se consigue a través del acceso a la información. Kurow denuncia al gobierno ruso, que se refugia en la posverdad para mantener el control de la población. El miedo y la información, como en "1984", son las mejores herramientas para someter a los disidentes. Torturado, juzgado y encarcelado: Sentsov es un "terrorista".

Ni Putin ni Rusia han conseguido apocar a Sentsov: él no tiene miedo. En las declaraciones finales del juicio, entre rejas, Sentsov no calla. Veinte años de sentencia no han apagado su voz ni la apagarán. Este mayo inició una huelga de hambre y unas semanas después sus riñones y corazón empezaron a fallar. Según su abogado, actualmente está siendo tratado en el hospital de la prisión con alimentación forzada. El gobierno, en cambio, niega estos hechos y dice que su estado de salud es satisfactorio. Dos "verdades" para una misma realidad. 

Las copiosas comparaciones con "1984" ya han terminado por aburrir una sociedad desensibilizada. Pero, una vez más, el paralelismo es inevitable. Kurow ha conseguido dar voz a la verdad, luchando así por la libertad del cineasta injustamente preso. El grito no termina aquí, sino que busca poner el foco donde importa: hay presos políticos en Europa, Rusia no ha dejado atrás su pasado y la posverdad nos invade. Y es por eso que "El caso Oleg Sentsov" es un acto de valentía y temeridad.